Hace unas semanas os comenté que en mi grupo de amigos, todos los años organizamos un amigo invisible, en el que buscamos una mini que pueda gustar a quien nos toque. Pues bien, este año, como mi amigo invisible reconoció, se lo puse muy fácil, después de la lata que he estado dando con mi ejército Goblin.
Sin más os dejo con la mini que ha llegado:
"Mungo Setas ni en el mejor de sus momentos pudo ser considerado como un goblin estable, que entre sus propios congéneres le dieran de lado por considerarlo, esto..., ehhhhh, ¿puede un goblin considerar a un congénere desquiciado?. Sí, esa es la palabra, Mungo Setas estaba totalmente desquiciado.
Desde bien pequeño, siempre demostró ser un manojo de nervios, su cara era un continuo fluctuar de tics nerviosos, no es que repitiese continuamente uno, es que cambiaba sin ningún orden ni lógica de uno a otro más estrambótico, en una rápida sucesión. tan pronto se pasaba la lengua por los lábios, como guiñaba un ojo, contraía su nariz, abría la boca espasmódicamente... . Como podréis imaginar, si en circunstancias normales verle de esa guisa era desagradable, cuando el pobre diablo se disponía a comer, la situación era dantesca, pues generalmente, salpicaba más comida a aquellos que le rodeaban, que la que lograba ingerir.
No es que Mungo llevase mal que cada vez le diesen más de lado, él estaba encantado, su espíritu era huraño y reservado. Él no se sentía cómodo entre un gentío, odiaba las malditas prácticas con la lanza o el arco. Y para no engañarnos, sus compañeros también odiaban que él practicase con ellos, pues se produjeron no pocos accidentes entre los goblins cercanos a él, cada vez que en un espasmo, estiraba el brazo de la lanza sin venir a cuento. Los líderes de pelotón, comenzaron a pasarse los unos a los otros a tan peculiar individuo. Hasta que finalmente decidieron dejar de incluirlo en nada. Con todo el tiempo libre para vagabundear por cavernas y las pendientes de Colmillo Roto, se dedicó a su pasión favorita, preparar calderos de hongos y setas. Pues al contrario de lo que ocurría con el resto de sus congéneres, él cuando degustaba tan peligrosos alimentos, en vez de desquiciarse se serenaba. El barullo mental que no dejaba de gritar en su interior, se aquietaba y podía dejar de encadenar mueca tras mueca.
En su afán por probar más y más setas, tratando de encontrar alguna que lograse desterrar para siempre esa locura gestual de su rostro, recurrió a la sabiduría de los Shamanes de su tribu. Fueron ellos los que vieron potencial en esa peculiar característica de poder soportar la locura desatada al ingerir las setas que convertían a un goblin en Fanático. desde aquel momento orientaron su camino al uso de la bola de pinchos y a hacerle ingerir cantidades obscenas de setas, en un intento de conocer cuales son sus límites. Lo cierto es que hasta ahora, sólo han logrado que se lance a la batalla en un remolino de bola encadenada, causando desolación y ruina entra las filas de sus enemigos, pero de forma absolutamente lúcida. ¿Puede haber algo más inquietante que un Fanático lúcido...?, desde luego, entre sus congéneres, el hecho de sobrevivir a tres batallas mientras porta la cadena y la bola de los fanáticos, ha hecho que los demás le miren con más precaución, si eso es posible...
Pero a Mungo Setas, lo que los demás piensen, les da igual, poco a poco en los pocos ratos que las setas logran acallar los gritos de su cabeza que le obligan a gesticular sin parar, cree escuchar una risa malvada y cruel. Él está convencido que es la propia Luna Malvada, tratando de comunicarse con él..., así que Mungo seguirá cargando con su cadena, sabedor de que sobrevivirá a todo, pues la Luna tiene un plan aún por definir para él".
"Mungo se lanza contra unos Vanguard Hunters, abriendo una brecha en sus filas"
Os puedo asegurar que la mini ha sido todo un acierto por parte de Íñigo, me ha encantado recibirla y como le he dicho, no se quedará en una vitrina, cuando pueda incluir en una lista una unidad de Fanáticos, él formará parte de la misma. Espero que vea muchas partidas y pueda darme muchos momentos de risas, no hay mejor forma de honrar el detallazo que ha tenido mi amigo invisible al regalarme semejante miniatura.
Buena caza y largas lunas.
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