Monday, January 4, 2021

Gigante de Marauder. Las cimas de las montañas se levantan y avanzan hacia la batalla. Llega un clásico de GW..., el Gigante de Marauder

"Brontes iba bajando por la concurrida senda de la ladera de Colmillo Roto, su lento arrastrar de pies no se veía entorpecido por obstáculo alguno, las rocas se desmenuzaban con sus pisadas, mientras que la pequeña marea verde de goblins, se apartaba a su paso o eran convertidos en pulpa. Con una de sus manos enarbolaba un pesado garrote que había arrancado de un tronco de árbol que se había encontrado unos metros más allá. Lo desgajó del tronco como quien rompe una endeble ramita, probó amagando a realizar varios barridos con él y un gruñido satisfecho salió desde su amplio pecho. Caminaba con el garrote apoyado en su hombro mientras iba canturreando una estúpida tonada sin ningún tipo de lógica o sentido.

 

                        "Brontes blande el tronco de arbol que usa como garrote contra sus enemigos"


Los gigantes solían ser seres poco avispados y con una inteligencia muy similar a la de un niño pequeño, Brontes no era ninguna excepción. Su cuerpo lo cubría con una sucesión de retales obtenidos de los estandartes enemigos que había cosechado en innumerables años de combates. Para él aquellas bonitas telas llenas de dibujos, formas y colores brillantes, eran su trofeo más preciado. Sólo se ponía aquella desastrada camisola cuando se encaminaba a la batalla, se enorgullecía de todos y cada uno de ellos, pues siempre habían sido ganados en lo más reñido del combate. Si aquellos que lo portaban, luchaban tan fieramente por defenderlos, por algo sería… Su atuendo lo completaba con una serie de botella, cacharros y barriles que colgaban de una cuerda que llevaba en bandolera, ahí llevaba todo lo necesario para condimentar y preparar sus comidas, pues para un gigante no había nada más importante que su siguiente comida. Siempre con un hambre voraz, Brontes no dejaba escapar la oportunidad de pegarse un banquete en cualquier ocasión que se le presentase. Personalmente consideraba la carne de garrapato o goblin insulsa, por muchas especias que le echase al guiso, el resultado siempre era el mismo: decepcionante. Por supuesto la carne de Troll no era una opción, además de correosa y dura como el granito, conseguir que un Troll se aviniese a formar parte de su menú, era tarea harto difícil. Donde estuviese la jugosa carne humana o duardin, que se quitase todo lo demás, con excepción de la mejor carne que todo buen gourmet gigante podía probar, la de ogro, pues esos fieros combatientes, cubiertos de grasa, aportaban un sabor insuperable a los guisos que con ellos se realizaban. De hecho, cuando uno cocinaba carne de ogro, no necesitaba recurrir a manteca de ninguna clase, la propia grasa del ogro servía para cocinar los tajos de carne… .En esos pensamientos iba enfrascado Brontes mientras descendía las estribaciones de Colmillo Roto, atraído por la algarabía que sabía que sólo podía indicar una cosa: una batalla se aproximaba…, y en el fondo de su mente una pequeña chispa de esperanza brillaba con fulgor, ojalá hubiera ogros en el campo enemigo con los que llenar su olla.

 

Brontes no recordaba cuándo comenzó a salir al mundo a vagabundear, alistándose unas veces en pequeñas partidas de guerras, otras en poderosos ejércitos, pero siempre en pos de la batalla, pues era en esas circunstancias cuando un gigante medraba, o eso le habían contado a él otros de su especie. Todos quieren tener un gigante entre sus filas, que luche contra los enemigos más poderosos, que se lance a romper los muros de escudos que impiden que penetren las lanzas amigas, ese era el secreto que todo gigante debía aprender: donde hay un ejército, se necesita un gigante. Lo importante es lograr negociar un buen contrato…, a algunos gigantes les compraban pagando en vino o cerveza, otros buscaban baratijas brillantes con las que adornarse y protegerse…, Brontes había pasado por esas dos fases en su loca juventud, pero ahora que era más viejo y su curtido cuerpo estaba salpicado de cicatrices, sabía que lo verdaderamente importante era el banquete que uno se podía pegar después de la batalla. A lo largo de las innumerables campañas emprendidas, había luchado junto a muchas razas, algunas más escrupulosas que otras respecto a qué podía comer o no un gigante cuando la batalla había finalizado. Por amarga experiencia había aprendido que a los humanos, Duardin, aelves, etc…, no solía gustarle que uno se atracase con la carne de los camaradas caídos, incluso en ocasiones torcían el gesto si trataba de alimentarse de los caídos del enemigo, incluso de aquellos que estaban muertos. Así que cuando había luchado junto a esas razas, se limitaba a comer la carne de las monturas de sus enemigos caídos. Por ese motivo, empezó a luchar junto a otras razas y con ninguna otra se encontró más cómodo que junto a los goblins, esos pequeños bichos verdes ruidosos y nerviosos  no se alteraban cuando Brontes tenía que coger un puñado de compañeros para echarlos al puchero, de hecho, una alegría malévola les envolvía cuando eso sucedía, se alegraban de que fuesen otros los que llenasen el puchero del gigante. Pero lo mejor de todo es que cuando había batalla contra otra razas, podía dar rienda a su salvajismo y su atroz apetito después de la batalla, daba igual si ésta se ganaba o se perdía, él lograba salir del campo de batalla con su preciado trofeo en forma de guiso para su puchero. Desde que se unió a las filas goblins del Colmillo Roto, no había sentido la necesidad de tener que volver a buscar un nuevo ejército para el que combatir, con ellos podía ser él  mismo.

 

En el ambiente se notaba que pronto habría batalla, Brontes sonrió de forma bobalicona, mientras repasaba mentalmente los ingredientes que portaba encima para condimentar lo que pudiera echar en su olla, eneldo, perejil, bourbon…, y lo mejor de todo, buena y contundente cerveza Duardin para bajar la comida, conseguida de una patrulla de suministros que acudía a aquel asentamientos de Duardin voladores, que había asaltado hacía unas semanas. Estaba deseando ver contra qué iba a luchar, para así poder empezar a pensar cómo lo iba a cocinar".

 

Con el inicio de año, toca empezar con una entrada que ponga el listón alto, una declaración de intenciones para lo que está por venir. Buscando qué podía utilizar para darle ese sabor especial a este primer post con minis del año, la solución me llegó caída del cielo, ya que hace unas pocas semanas, gracias a un buen amigo, conseguí hacerme con uno de los gigantes clásicos de GW. Desde luego es una mini absolutamente icónica, no puedo calcular la cantidad de horas que me pasé de chaval mirando fotos de informes de batalla, catálogos, etc…, de GW, donde salía esa miniatura. Siempre tuve ganas de poder hacerme con ella para poder pintarla, por desgracia en su momento no tuve la fortuna de conseguir una. Cuando se me presentó la oportunidad de pintar mi propio gigante e incluirlo entre mis filas del Colmillo Roto, no dudé ni por un segundo de cogerla al vuelo.

 


 A la hora de plantearme el pintado de esta miniatura, me imaginé que los retales de la camisola que cubren el cuerpo del gigante, eran trozos de estandartes enemigos capturados. En un principio mi idea era hacer estandartes genéricos y poder completarlos luego con alguna calcas de Little Big Men para darles un poco más de vistosidad. Según fui trabajando la mini, me animé a realizar algún freehand con esquemas muy sencillos, para representar estandartes orcos, goblins y de No Muertos, sinceramente, me siento tremendamente satisfecho del resultado, es la primera vez que me atrevía a hacerlo y el resultado, sin ser todo lo espectacular que podamos ver en otros estandartes que pintan pintores de enorme calidad, ha cumplido con las expectativas que tenía cuando me animé a intentarlo. Por ese motivo decidí no incluirlascalcas de heráldica de Little Big Men, aunque son maravillosas, iban a quedar extrañas junto a los freehand,incluso podrían sobrecargar la mini y desvirtuar el resto del trabajo.

 

 

A la hora de basearlo, tenía mis dudas, ya que según el nuevo Battletome de Age of Sigmar, de los gigantes, a éste le corresponde una peana ovalada, que personalmente no me gusta nada para esa mini, así que decidí que utilizaría la peana de los Troggoths. A nivel juego, utilizaré el mismo perfil de Troggoth, aunque no descarto usar el perfil de gigante, como va a ser una mini que use a nivel pachangeo con amigos, no tendré problemas en ese sentido. Entre otras cosas porque no será una mini que salga mucho de casa, no me arriesgaré a que haga muchos viajes y pueda machacarse o estropearse en el viaje. La peana redonda queda de lujo para jugar a Saga Edad de la Magia o a Frostgrave, así que al final me quedé con la opción más flexible para poder usarla en varios sistema de juego. Por cierto, ¿recordáis la mini del humano que huía del gigante de plástico que GW lanzó hace unos años?, mientras pintaba el gigante recordé que en la caja del garrapato gigante venían unos snotlings estupendos, entre ellos uno, que era perfecto como guiño a esa escena mítica... . El pequeño Johanz, el diminuto snotling, el último eslabón de la cadena alimenticia de "Colmillo Roto", debe andar con pies de plomo y huir apartándose del camino de Brontes, para no acabar siendo una mancha en la suela de sus alpargatas.

 


                "Johanz, el diminuto Snotling corre entre las piernas de Brontes buscando salvar el pellejo"

 

Mi última duda era qué hacer con el trozo de paño que envolvía la pierna del gigante, tras darle muchas vueltas, opté por  hacer como si fuese un vendaje improvisado ante una herida que acababa de recibir.

 

Para que veáis qué tal encaja de tamaño en una horda de goblins, coloqué un par de canijoz en su peana 



 

Desde luego el aspecto es absolutamente imponente, a pesar de sonar reiterativo, este modelo de gigante es una preciosidad y con una horda de Goblins a su alrededor, queda aún más imponente.


De esta manera, añado un nuevo elemento a mi ejército goblin del Colmillo Roto, una pieza que nunca consideré tener y que por mérito propio se convertirá en una pieza central del mismo. Realmente me siento orgulloso del trabajo realizado, a comienzos de 2020, jamás consideré que pudiera hacerme con esa mini y mucho menos me veía capaz de pintarla con un mínimo de la dignidad que merecía. Vistos los resultados, creo que he sido capaz de hacerle justicia.

 

Buena caza y largas lunas.

2 comments:

  1. Esta mini es una auténtica pasada, y te ha quedado espectacular. Es para lucirse, y desde luego que lo has conseguido. Me encanta hasta el último detalle.

    ReplyDelete
  2. Muchas gracias, desde luego es una mini que tenía muchas ganas de añadir a mi horda Goblin. Crecí viendo esta mini maravillosa en informes de batalla de pielesverdes en la WD, así que poder incluirla, es un sueño hecho realidad

    ReplyDelete