Friday, April 17, 2020

Tiraval extiende sus alas. Dragón Forge World Parte 2

"Las estribaciones de la zona montañosa que rodea el escarpado pico Colmillo Roto, jamás fueron tan peligrosas como lo son en la actualidad. La zona se encuentra infectada de goblins, trolls, garrapatos y bestias aún peores... Pero sin lugar a dudas, la más peligrosa de todas ellas es Tiraval, el longevo dragón de magma que habita en las zonas más inaccesibles del Colmillo Roto. Tiraval y no ninguna horda chusmosa goblin es quien expulsó a los Kharadron que se habían asentado en las cumbres de la cadena montañosa para recolectar la gigantesca bolsa de Aeter oro que cubría la región. No podía soportar el desafío que suponían sus naves sobrevolando su hogar ancestral. En una noche sin luna, los riscos más elevados del Colmillo Roto se iluminaron con el fuego y la ruina que Tiraval lleva siempre consigo.

Cuando los asentamientos Kharadron quedaron arrasados, los goblins inundaron la región como una marea incontenible. El viejo Tiraval, saciado después de su sangriento festín, se había retirado a su cubil, dispuesto a descansar hasta que el hambre o la necesidad le empujasen a abandonar de nuevo la seguridad de su guarida.  

Cada cierto tiempo Tiraval comienza a agitarse en su cubil, cuando eso sucede el reino goblin de Colmillo Roto se ve convulsionado por el terror y el miedo, esas viles criaturas saben la destrucción que es capaz de desatar Tiraval. A veces transcurren unos pocos meses, otras veces han transcurrido años sin saber nada de él, pero sea como sea, al final siempre despierta y su apetito es voraz.

Por ese motivo, el señor de Colmillo Roto, ideó un maquiavélico plan para que sus goblins controlasen al Dragón, perezosos y poco constantes como son, lo normal es que se cansen rápido de las tareas rutinarias y las abandonen por otras más placenteras. Ordenó crear una amplia red de vigías que controlasen constantemente la morada de Tiraval. Cada regimiento de su horda selecciona al goblin más veloz y espabilado que hay entre sus filas, pues una vez que el Dragón comienza a abandonar su letargo, una mortal carrera comienza para llevar la aciaga noticia al señor del Clan..., pues sólo el regimiento del primer corredor que llegue a dar la noticia, será el único que no tenga que mandar a nadie para tratar de frenar por la fuerza a Tiraval..., o lo que es más probable, servir de comida al Dragón para aplacar su apetito". 


 Una partida de caza Goblin sale a enfrentarse a Tiraval

Mientras iba trabajando el cuerpo de Tiraval, aprovechaba también para ir trabajando por separado sus alas, tampoco voy a incidir mucho más en la forma de pintarlas, ya que tanto las técnicas como los colores usados son los mismos que ya detallé anteriormente. Si acaso reseñar que para darle un poco más de color a las alas, las venas que surcan su superficie están pintadas de morado, al igual que la lengua del Dragón. Perdonad si no pongo aquí ninguna foto del proceso, pero la verdad es que de esa parte se me pasó por completo ir haciendo fotos.

Cuando terminé con las alas, me dediqué a pintar las zonas oseas que recorren todo el cuerpo de Tiraval. Aquí le dediqué un poco de tiempo a cada una de ellas, ya que tocaba pintarlas individualmente.


Para pintarlos comencé con Corax White, utilicé la pintura Contrast Skeleton Horde, a continuación apliqué un pincel seco muy suave de Arena Oscura de Vallejo para corregir excesos de pintura y terminé perfilando con Arena Clara de Vallejo. El resultado de las alas y las zonas oseas, lo tenéis arriba.

Antes de terminar de pintar las zonas oseas , me tocó comenzar a ensamblar todas y cada una de las partes del cuerpo del Dragón. En general con el cuerpo no tuve ningún problema para que todas las piezas encajasen correctamente. Pero a la hora de lograr hacer cuadrar la garra trasera derecha que va sujeta a unas rocas, ésta se quedaba un poco precaria sujeta por un par de puntos de unión nada más. Así que tuve que improvisar sobre la marcha, utilicé una corteza de árbol para simular rocas y un poco de masilla para crear un punto de anclaje que sujetara tora la garra. Es verdad que el modelo perdía un poco de dinamismo, pero ganaba mayor estabilidad.




Sacrifiqué dinamismo por un anclaje para la garra trasera.

Una vez que tuve montado el cuerpo y todo quedó a mi gusto, justo antes de poner las alas, me dediqué a decorar la peana, ya que una vez que las tuviera puestas iba a ser muy complicado aplicar el césped y otros elementos sin darle golpes innecesarios a éstas. Cuando quedé conforme con el resultado, barnicé la base y el cuerpo de Tiraval con spray mate y cuando estuvo seco llegó el gran momento, tocaba colocar las alas y dar por finalizado el trabajo. Decir que con el ala derecha no tuve ningún problema y encajó perfectamente. El ala izquierda me costó un par de intentos hasta que quedó bien anclada y sujeta.

Pero cuando todo estuvo hecho, pude darme el gustazo de contemplarlo un buen rato desde todos los ángulos...





Tirabal abandona su cubil en busca de nuevas presas.

Desde luego ha sido la mar de gratificante ver como poco a poco tomaba forma este proyecto que hace tan sólo unas pocas semanas, no me veía con fuerzas para emprender. A partir de ahora Tirabal pasa a ser una de las joyas centrales de mi colección de miniaturas. Disfruté mucho montando la peana escénica de Tiraval, utilicé la base de un Onagro de los Skitari, ya que en las otras peanas que traté de ponerle, las patas quedaban completamente fuera, (la peana original que tenía era de las rectangulares, pero preferí ponerle una circular). Las técnicas utilizadas son las que uso habitualmente para hacer escenografía y que ya os he detallado en otras entradas.
A nivel de juego de momento no me he planteado como usarla, pero tiempo tendrá de aparecer en alguna partida, tanto de AoS, (está tomando forma una campaña narrativa con unos Kharadron que están esperando su turno a ser pintados, pero ese es otro proyecto que tendrá que esperar a que termine con mis Goblins), como de otros juegos, Frostgrave, Saga Edad de la Magia, etc...

Después de todo el trabajo dedicado a Tiraval, obviamente la cosa no podía quedar aquí, obviamente había que tratar de sacarle partido...

Una pequeña partida de caza goblin trata de capturar a Tiraval.
 Al ver como se acerca, una lluvia de disparos se abate sobre su piel escamosa.
Pero nada parece detener a Tiraval...
Llega el turno de recurrir a las lanzas y las redes para derrotar a la bestia...


Pero el resultado siempre estuvo claro..., Tiraval ya podía volver a su cubil con la tripa llena de Goblins.
"Kruzz estaba envuelto en su harapiento capote, que era el único sustento que tenía para combatir el mordiente viento helador que recorría las cimas de aquellas montañas. Llevaba varios días acampado en aquel risco, soportando la lluvia, el frío y el viento, con apenas un par de jirones de tela por techo, su capote y un pequeño fuego que usaba para calentar sus heladas manos y poder tomar algo caliente de las pocas provisiones que ya le quedaban.

El relevo debía estar al caer, una vez con cada cambio de luna se hacía el cambio de vigía. En realidad esa no era una mala vida, o no era la peor que podía tener un goblin. De hecho él estaba mejor alimentado que la mayoría de sus compañeros y se ahorraba la mayoría de las penurias y los trabajos más duros. Pertenecía a una elite, "Loz Corredorez del Dragón", su regimiento, "Loz Acuchilladorez de Lurkz", le había elegido para vigilar la guarida de Tiraval, su misión era muy clara, tener los ojos abiertos y correr como el diablo al menor indicio de que el Dragón despertaba de su letargo.

Habían intentado de todo para espantar a la bestia de su cubil, pero ésta moraba a una altura imposible, en una pared vertical a la que ninguna horda goblin podía llegar si no era enviando un puñado de sus muchachoz cada vez escalando la roca. Todos los intentos de gasear, quemar o rajar a la bestia habían acabado en desastre. Por eso se llegó a aquella solución, cada vez que Tiraval despertara había que avisar al señor de Colmillo Roto, él elegiría quienes irían a frenar a la bestia, lo que solía significar que había una probabibilidad muy alta de acabar siendo su comida...

Kruzz siempre destacó por ser rápido de piernas y de ingenio, por eso le eligieron sus compañeroz, buenos muchachoz, que siempre sacrificaban la mejor tajada de sus raciones para que él estuviera bien alimentado y fuerte para correr más que ningún otro goblin jamás lo hiciera, les iba la vida en que él estuviera en buena forma. Cuando no le tocaban sus turnos de vigía, se pasaba el día entrenando, saltando de peña en peña, sorteando riachuelos, simas y barrancos, todo para que cuando llegara el gran día... . Su hilo de pensamiento se vió interrumpido, los primeros rayos de sol habían comenzado a descollar, pero no era lo único que despertaba al nuevo día, un ronco rugido comenzó a ganar fuerzas desde el interior del cubil del Dragón.

Sin pensárselo dos veces, Kruzz se desprendió de su capote y se lanzó a lo que sería una desenfrenada carrera para ser el primero en llevar la noticia, corría ligero, sin nada que le entorpeciera al correr, por única arma portaba un cuchillo largo con el que defenderse, si alguno de los otros vigías trataba de usar algún truco sucio con él.
Cuando llevaba un rato corriendo, se hizo una buena composición de la situación, ninguno de los otros corredores de los regimientos le había tomado la delantera, él era inalcanzable, ningún  otro goblin de aquella horda podía ganarle corriendo, con esa tranquilizadora idea en su diminuto cerebro, ajustó su ritmo de carrera, dispuesto a seguir incansable hasta su destino...

Para su desgracia, ese último pensamiento se vio interrumpido por una flecha que le atravesó el craneo. Britz, de "Los Tiralejoz de Snarkiz", nunca destacó por su rapidez a la hora de correr, pero sí por la destreza a la hora de disparar con su arco. Sabía que en una carrera, nunca podría ganar a ninguno de sus competidores, por eso se dedicó a cazarlos uno a uno con sus certeras flechas.

Aquel día, Britz, un jadeante arquero goblin, con su carcaj casi vacío de  flechas llevó antes el señor del Clan la noticia del despertar de Tiraval".

Buena caza y largas lunas.


2 comments:

  1. Bufff... como siga viendo fotos de esos goblins sin peanas me voy a acostumbrar muy malamente

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  2. Jajaja, la verdad es que si aún no los he puesto en peanas, o ni me he planteado cómo hacerlo, es porque me faltan cosas para decorar las peanas. Y tampoco lo voy a negar, a mí tb me está gustando verlos así, pero tarde o temprano me tocará “encadenarlos” a una peana, sobre todo si quiero que vean mesa con tus Orcogros 🤗

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