"Si alguna vez Necromunda engendró un Predicador Imperial digno de
ser conocido en el Imperio de los Hombres, sin duda alguna ese fervoroso
seguidor del Emperador fue Konrad Von Marburg, defensor de Necromunda
frente al levantamiento del culto del "Gusano Primigénio", o responsable
de la "Purga de los heréticos Cataray", que propugnaban el renacimiento
del sagrador Emperador en la figura de su líder.
Por desgracia,
su pronta muerte, a manos de un psíquico renegado, fue una gran pérdida
para la sagrada cruzada del Emperador. Por suerte, sus desvelos y
fervorosa devoción al Emperador, encontraron continuación en la labor
que seguirían desarrollando sus tres acólitos más destacados: Bernard de
Gui, Nithard de Mendoza y Bencomo Arzamendi.
A la muerte de su
maestro, sus tres devotos seguidores, decidieron rechazar la oferta de
la Eclesiarquía de poder integrarse en el organigrama oficial de esta
poderosa institución y medrar a su costa, en pos de seguir la fervorosa
luz del Emperador, luchando contra las abominaciones que desean hacer
descarriar su mangna obra.
Bernard de Gui, era el más viejo de los
tres discípulos, incluso superaba en edad al propio Konrad, ya que
cuando Bernard le conoció, él era un acomodado archiprelado de la
diocesis de la Rosa Espinada. Atribulado por el fervor de Konrad y por
sus inflamados sermones llamando a combatir la herejía de los impíos sin
descanso, Bernard decidió dejar su vida de lujos y seguir al que
consideraría desde ese día, su mentor.
A la muerte de su venerado
maestro, Bernard decidió continuar empuñando el estandarte devocionario
de Konrad, lleno de plegarias de batalla y honores de combate, que
había estado portando desde el día que se unió a su sagrada misión.
Junto a tan venerable objeto, imparte justicia con la escopeta de su
mentor, la conocida "Expiación".
Más de una década ha pasado
desde que empezó a recorrer en solitario la senda del Predicador, desde
entonces, muchos impíos y herejes han caído bajo su inquebrantable fe.
Es una vida solitaria, aunque en ocasiones, cuando su peregrinar le
obliga a enfrentar pruebas que superan su capacidad, puede contar con el
concurso de sus dos viejos camaradas..., entonces, nada puede parar la
furia del Emperador en los sórdidos fondos de Necromunda".
Aquí tengo a mi segundo Predicador Imperial terminado, otra de las
miniaturas del viejo catálogo de GW por el que siempre he sentido
absoluta debilidad. Esta miniatura, representa a "Uriah Jacob" en el
Codex de Hermanas de Batalla, aunque por mi parte he decidido darle un
nuevo trasfondo y entrelazar las tres minis que tengo de los
predicadores, dotándoles de un pasado común y algo que les una de cara a
posibles escenarios y campañas que puedan ir surgiendo, (posibles
levantamientos de cultos genestelares, aparición de cultistas del Caos,
etc...).
A nivel de juego, aunque se les puede considerar mercenarios
y habrá que pagar su coste en puntos, no aceptan vender sus armas por
simple dinero, solo los pondré en mesa si hay un rival lógico contra el
que puedan jugar, los tres discípulos sólo se guían por la devoción al
Emperador y su lucha va enfocada contra sus enemigos, nunca se
inmiscuirán en futiles luchas de pandilleros, a no ser que ello les
permita elimiar a un enemigo de su sagrada causa.
Reseñar que lo
que más problemas me planteó a la hora de finalizar la miniatura, era
dotar de entidad el estandarte de la miniatura, no encontraba la
solución y andaba dándole vueltas a la posibilidad de poner una calca de
Caballero Imperial y finiquitarlo por la vía fácil. Gracias a los
consejos de algunos amigos, decidí darle una vuelta y acabar
pintando el estandarte como podéis ver en las fotos. Muchas gracias por
esos consejos, gracias a ellos, el estandarte ha ganado el protagonismo
que andaba reclamando.
Buena caza y largas lunas.
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