Monday, November 9, 2020

Necromunda: Arms Master, refuerzos Orlocks para "Quebrantadores Juramentos"

 

Después de mucho esperar, por fin ha llegado el suplemento que más estaba esperando para Necromunda, “House of Iron”, dedicado en exclusiva a mis amados Orlocks. Ha sido una grata sorpresa para mí que haya salido a finales de octubre, ya que sinceramente no esperaba que llegase hasta bien entrado noviembre o primeros de diciembre. Por razones obvias, en cuanto salió, me lancé a por el manual y a por la nueva caja de minis para la banda. Me gusta la política que están llevando a cabo de sacar con cada manual una nueva caja de miniaturas que te permiten una nueva opción de campeón y de novato, para ampliar las posibilidades de juego. 

      "Suberius Campidoctor y Criamon Martillo del Ocaso dirigen el ataque de sus subordinados"
 

“- Nos están robando -. Las palabras de Whiskey Jack, el líder de su banda, seguían resonando en la cabeza de Suberius, - Descubre quien ha sido y hazle pagar por ello -.

No hacía ni un ciclo de trabajo que les había llegado la noticia del asalto que había sufrido la explotación de Pozo Negro. Un extenuado trabajador adscrito a la Casa Orlock llegó con la noticia, con el cansancio reflejado en su cara, llena del polvo de ceniza de las carreteras por las que había tenido desplazarse a toda velocidad a lomos de su motocicleta. Tan sólo se detuvo para para reponer gasolina, dos ciclos de trabajo estándar le costó llegar allí. 

Pozo Negro es un enclave minero situado en el corazón del territorio Orlock, por eso no contaba con una guarnición estable, las carreteras de acceso a la zona estaban controladas con diversas bandas del clan. Por lo que Suberius razonó que iban a rodar cabezas cuando se supiera lo sucedido. El asalto a aquella explotación no era lo más relevante, poco podrían sacar de allí aquellos asaltantes, debían saber que alguien de Pozo Negro daba la voz de alarma, no tendrían tiempo para escapar con vida para disfrutar del botín obtenido. Lo realmente importante era zanjar ese asunto de forma rápida y sangrienta, ser capaces de mandar un mensaje lo suficientemente claro a todos los posibles rivales de que los Orlock no iban a tolerar semejante afrenta.

El desdichado trabajador había logrado escapar para dar la voz de alarma por una mera cuestión de fortuna. Se trataba de un correo de la Casa Orlock, ellos no respondían ante ningún jefe de Clan, la bandana que llevaban anudada alrededor de su brazo izquierdo era salvoconducto suficiente para atravesar cualquier enclave Orlock sin ser molestado, pudiendo requerir cualquier tipo de ayuda que debía ser atendida con la máxima prontitud por cualquier persona de un asentamiento: combustible, comida, munición, o lo que hiciera falta para cumplir con su deber. Hacer lo contrario implicaría incurrir en la desaprobación de la cabeza de la muy insigne Casa Orlock.

Coincidió la fortuna que ese correo tuviera que ir al asentamiento, para entregarle al capataz de Pozo Negro el listado de la producción que tenían que atender cara al siguiente periodo de prospección. Algo indefinido flotaba en Pozo Negro, que indicaba que las cosas no marchaban como eran debidas, no supo explicar que hizo saltar todas sus alarmas, una concatenación de pequeños detalles, que según se acercaba a las puertas del asentamiento provocaron que disminuyera la velocidad de moto. Seguramente eso es lo que le salvo, cuando aún estaba dudando, percibió por el rabillo del ojo, como un grupo de motos, con marcas que eran absolutamente desconocidas para él, salían de unas pequeñas depresiones del terreno acelerando a toda velocidad tratando de envolverle y obligarle a ir hacia el asentamiento. Por desgracia para aquellos mierdecillas, se notaba que ellos no habían nacido a lomos de su máquina como la suya. Él era un Correo de la Casa de Hierro, orgulloso jinete Orlock, criado en las estepas de los desiertos de ceniza, cabalgando motos y buggies desde que tenía uso de razón. Él era como su montura, su sangre era de Prometium líquido y su corazón un puro motor de cromo y fuego, así que escupió en dirección a aquella basura, dejó que una carcajada salvaje brotara de su pecho y metió gas, provocando que su montura saliera disparada en una amplia curva, dejando cada vez más atrás a su ridículos perseguidores y su erráticas ráfagas de disparos. Él no iba a luchar aquel día, su obligación era otra, informar de lo sucedido y que otros solventasen aquel vergonzoso ataque al corazón de un territorio bajo control de su Casa. 

Suberius “Campidoctor”, había sido el elegido para liderar aquella columna de castigo encabezada por “Los Quebrantadores de Juramentos”, cuatro vehículos cargados hasta los topes de chicos duros y fiables, ojeadores montados en veloces motos marchaban muy por delante para revisar la ruta y evitar cualquier emboscada. Nada se sabía de los atacantes, ni su número, composición de fuerzas, etc…, el Correo sólo supo decir que portaban trajes de prospectores y todos lucían un extraño símbolo dorado, un gusano enroscado en un círculo. Whiskey Jack le eligió a él, por su capacidad de adaptarse sobre la marcha a los imprevistos que fuesen surgiendo. Así es como se había ganado su sobrenombre, nadie como él sabía leer la marcha de una refriega, entender cuando había que presionar, retirarse o mantenerse firme para lograr su objetivos sin que ello supusiera un perjuicio para su Casa, lograr una victoria a costa de una alto coste en vidas, podía ser un desperdicio si el premio a conseguir no era lo suficientemente importante. Su fría determinación se veía compensada por la furia ciega que embargaba el pecho de Criamon “Martillo del Ocaso”, un fiero veterano de cientos de combates, con su cuerpo curtido por infinidad de cicatrices. Fiel a su Casa como un mastín, nunca dudaría de lanzarse al combate, en esta ocasión, le embargaba la rabia por la intrusión de unos bastardos en uno de los territorios de la Casa de Hierro, daba igual que aquel enclave no dependiera de ellos, él se lo había tomado como algo personal. Por eso manoseaba cariñosamente su martillo de energía, no iba a descansar hasta que el día se tiñese de rojo.

La venganza de la Casa de Hierro estaba cercana”

                                             





En esta entrada no voy a valorar en profundidad el reglamento, ya que sinceramente, sólo he podido echarle un vistazo muy por encima. Próximamente, si la actual situación lo permite, tengo una partida cerrada con Keyan, mi eterno compañero en esta nueva andadura de Necromunda. Por ese motivo estoy dedicando todos los ratos libres que puedo rascar, para dejarme pintada la nueva caja lo antes posible. Las miniaturas me encantan, tanto los Wreckers, esos jóvenes alocados que se abrochan una mochila propulsora a la espalda y se dedican a saltar de cúpula en cúpula jugándose el cráneo en cada nuevo salto, como los Arms Master, curtidos veteranos de las bandas, dispuestos a convertirse en un pilar central de la misma, por su fiabilidad a la hora de encarar la mayoría de situaciones. De los perretes poco tengo que comentar, son una preciosidad, aún no he empezado a pintarlos, ya que sinceramente, no tengo muy claro de por donde empezar con ellos.


         "Whiskey Jack con sus hombres de confianza dirigen con puño de hierro a sus muchachos" 


Como son pocas minis las que vienen en la caja y normalmente suelo pintar en tandas en 5 minis, he comenzado a pintar las seis minis de golpe, siguiendo el esquema que ya había usado para mis primeros Orlocks, “Los Quebrantadores de Juramentos”. Los avances han sido relativamente rápidos, dedicando una sesión a montar y pintar los seis cuerpos sin brazos ni cabezas, me gusta montar esas partes por separados para evitar dejar zonas sin perfilar o poder trabajar con comodidad a la hora de llegar con el pincel a los recovecos. En una segunda sesión, me dediqué a las mochilas de salto de los Wreckers, que han sido la parte más tediosa, no son difíciles de montar, pero a la hora de pintarlas, me han dado unos pocos quebraderos de cabeza. 


Como podéis ver en las imágenes, los nuevos Arms Master son más corpulentos que sus compañeros pandilleros, realmente me gusta que se note que son pesos pesados de la banda.

Después de esas dos sesiones de trabajo bastante largas de unas cuatro horas cada una. Como os he comentado en más de una ocasión, soy bastante lento a la hora de pintar, necesito ver miniaturas totalmente terminadas, así que me centré en terminar los dos Arms Master, la elección de terminar primero estas miniaturas, se basó en los simples números, son dos miniaturas y me veía capaz de terminarlos en otra sesión. A la hora de equiparlos, decidí hacerlos como vienen en la caja, el modelo del martillo a dos manos, me encantó y sabía que uno de ellos iba a ir así, mientras que el segundo armado con la escopeta, no acababa de convencerme por el arma que lleva, ya que no soy muy proclive a usar ese arma con mis Orlocks, aunque revisando las opciones de armas que pueden llevar de base, no había muchas opciones y decidí montarlo tal cual. Además, al ser minis más corpulentas, los brazos de los Orlocks de la caja básica me daban la sensación de que quedaban un poco ridículos en ese cuerpo. No descarto que a través de Forge World saquen en un futuro brazos y opciones de armas que casen bien con estos modelos, llegado el caso, igual me hago con otra minis para equiparlo de forma diferente.

Buena caza y largas lunas, 

1 comment:

  1. La verdad es que son unos mostrencos muy respetables. Me gustan, tienen un algo, un deje de carisma, un toque distintivo. Muy buenos :)

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