Monday, December 14, 2020

"El poder de Roma llega a cualquier rincón del mundo conocido"

"Aticus se encontraba recostado en un banco, a la sombra de un frondoso árbol de ancho tronco y generosa copa. El nivel etílico en sangre a aquella hora de la mañana era bastante notable, algo bastante reprobable en cualquier circunstancia, sobre todo tratándose de él, Primus Pilus de la X Fretensis.


                                         "Aticus rodeado de sus compañeros de la X Fretensis"

Entre los efluvios del alcohol de la fuerte cerveza que llevaba horas ingiriendo, los pensamientos se enredaban en su cabeza. Un galimatías apenas inteligible luchaba por colarse en su mente, parecía que los muchachos estaban haciendo otro brindis y le miraban a él. Maldita fuera su estampa, tocaba volver a levantarse. Con un inseguro tambaleo, derramando una generosa porción de su jarro de cerveza, se apoyó con una mano en la recia tabla de madera, hizo una breve pausa, mientras trataba de mantener el equilibrio, elevó el jarro hasta sus labios y dió un largo trago.

- Hermanos de sangre, hermanados en la batalla, en el lodazal del combate y el fragor de la lucha...-, siempre le gustaba comenzar aquellos breves discursos con frases grandilocuentes, que le recordasen a la tropa quienes habían sido, aunque ahora se vieran reducidos a aquella miserable condición. - Somos los gloriosos hijos de Roma, un Imperio como ningún otro se habrá visto sobre la tierra, ni en los siglos pasados, ni en los que estén por venir...-.

Cornelio, su Optio, guasón y tocanarices como siempre había sido, hizo amago de interrumpirle, seguro que iba a salir con aquella mierda de los españoles y sus Tercios, o Napoleón y sus fusileros, coraceros y húsares. Había que joderse con Cornelio, claro que a todos les hubiera gustado ser un húsar, ¿quién en su sano juicio si le diesen la opción de vestir un uniforme militar, no elegiría la pelliza, el dolman y el sable curvo?. Y poder lanzarse a la carga con mucho toque de trompeta, tatarí, tatarí, repartiendo sablazos a diestro y siniestro por media Europa. Maldita sea, la cerveza se le había subido a la cabeza y volvía a divagar, así que le lanzó una dura mirada a Cornelio, para que cerrara la boca y dejase de tocar las marices. Éste debió de captar que el horno no estaba para bollos, ya que mató su mordaz comentario cuando estaba aflorando a sus labios y se limitó a hundir la cabeza en su jarro de cerveza.

- Como os iba a diciendo..., somos el mejor Imperio que se verá nunca, hijos de la Eterna Roma,  nosotros mismos, hermanos de la X Fretensis, cuyas águilas vieron Accio, Nauloco, o gloriosos combates que aún están por llegar, como Massada. Por no nombrar a nuestros hermanos más notables, Cayo Julio César, Escipión, Trajano...-. La disertación continuó durante un rato más, citando nombres de generales, emperadores o batallas que engrandecieron a Roma. Cuando finalizó su alocución, los muchachos sentados a su alrededor tenían la mirada brillante y el corazón henchido de orgullo: Atilius, Cornelio, Domicio, Elvio, Félix..., todos ellos buenos chicos.

Había sido pura cuestión de suerte, que tanto él como sus compañeros, acabaran convirtiéndose en legionarios romanos, podrían haber acabado convertidos en cualquier otra cosa: vaqueros, piratas, enfermeros, coche de agente secreto o incluso una palmera o un trozo de muro. Cuando les vertieron en el molde que les convirtieron en legionarios romanos, un sentimiento de orgullo se apoderó de él.

Sabía que no podía quejarse, sin ir más lejos, el año anterior le había tocado ser un simple legionario guardando la puertas del foro romano, mientras que de pronto, éste iba a ser el Primus Pilus de su legión y por si fuera poco, le habían sentado en una mesa rodeado de camaradas, a la sombra de un árbol y bebiendo toda la espumosa cerveza que pudiera ingerir. 

No es que su desempeño fuese muy duro, se pasaba la mayor parte del año guardado en una enorme caja de plástico, junto al resto de sus compañeros y una amalgama de animales, casas, egipcios y cachibaches varios..., siempre por las misma fechas, tocaba salir a cumplir con su deber. Acabar guarneciendo un pequeño poblado perdido en el culo del mundo llamado Belén. Sabía que durante un mes y medio ese iba a ser su cometido y que tampoco había motivo para la queja, pues por fortuna, ni estaba mordisqueado, chupado, pintarrajeado, no le faltaba ninguna de las piezas de sus equipación, ni le arrancaban el pelo de su cabeza... A pesar de todo, le jodía toda aquella situación, ¿por qué no podía haber acabado en algún diorama representando Zama o la toma de Alexia?.

Por las noches, cuando todo quedaba tranquilo y la casa en silencio, el Tribuno Domicio Corbulón Vespasiano, hacía su ronda diaria por el belén, tratando de subir la moral de sus tropas. - Podría ser peor, podríamos haber acabado en Teotuburgo, o ser egipcios...-, lo de los egipcios siempre levantaba un coro de risas, por mucho que lo repitiese, no podía dejar de ser menos cierto, ¿qué Playmobil iba a elegir voluntariamente ser egipcio?.


                 "El poder de Roma llega hasta el último de los rincones del mundo conocido"

En fin, Aticus se recostó de nuevo en el banco, dejó que el tabernero le llenase de nuevo la jarra de cerveza y dejó que la música que tocaban aquellas dos mozas cerca de su mesa le acunase un rato. Tratando de olvidar, lo que sin duda acabaría sucediendo aquel día, igual que el resto de días, cuando llegasen aquellos dos chavales y tomasen el belén, llenándolo de policias haciendo controles, bomberos que apagaban incendios, barrenderos con sus sopladoras, etc... y pusieran patas arriba todo aquello".

Nos acercamos a unas fechas un tanto especiales, todos los años a estas alturas trato de aunar dos viejas pasiones que me acompañan desde hace muchos años, los wargames y los Playmobil. De hecho, creo que la primera vez que jugué a un wargame sin saber si quiera que lo estaba haciendo, lo hice con un puñado de Playmobil, lanzando canicas de un lado a otro, derribándolos como si estuvieran enzarzados en un feroz tiroteo.

Con el paso de los años, comencé a abanonar los Playmobil, pero siempre los he mirado con simpatía, por ser uno de mis mejores recuerdos de niñez y por la cantidad de tardes de juego que llenaron. Hace unos años, me topé con un par de cajas de Playmobil, que representaba un nacimiento navideño y a los Reyes Magos, por esa fecha estaba esperando el nacimiento de primer mi hijo y me apeteció pillarlas para alegrar esas fechas. Desde ese momento, año tras año he ido pillando una caja o referencia suelta de vez en cuando, hasta que he acabado por dar forma a lo que os presento hoy, mi propio nacimiento navideño creado a base de Playmobil. 

Os dejo con dos panorámicas del Belén, una que icluye desde el nacimiento hasta el mercado y la segunda que incluye desde el mercado hasta la zona romana.


 

El nacimiento lo he estructurado en tres partes. La primera de ellas está dedicada al propio portal de Belén, con la caravana de los Reyes Magos y los pastores que convergen en él: 

                                        


 

 

 El segundo elemento central del mismo, es el pueblo con su mercado, lleno de pequeños detalles, desde los aldeanos dedicados a sus quehaceres diarios, cortar leña, dar de comer a los animales, tejer, acudir a los puestos a realizar la compra, etc...


 





                                                 


Herreros, alfareros, pastores, faquires, arrieros, hilanderas..., todos tienen un pequeño hueco en el nacimientos.

La última parte, es la dedicada a los romanos, que hacen cumplir la Pax Romana en cualquier rincón del mundo civilizado.



 

Aunque soy muy consciente de que esta entrada se aparta bastante del objetivo de este blog, espero que disculpéis esta pequeña disgresión y entendáis que en ocasiones, la nostalgia se cuela con fuerza en nuestras vidas. Para mí, montar este tinglado con mis hijos y ver cómo ellos se divierten durante estas fechas campando a sus anchas por el Belén, con policias, bomberos, médicos, etc..., deteniendo ladrones, haciendo compras y en general, poniéndolo todo patas arriba, marca el inicio de una etapa mágica en la que su ilusión alegra los momentos duros que todos pasamos en nuestro día a día.

Espero que lo disfrutéis y paséis unas muy Felices Fiestas.

Buena caza y largas lunas.





3 comments:

  1. No sabes lo que me alegra haber participado, por poco que sea, en tan bonita tradición.

    ¡Gran entrada, Abrasa!

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  2. Desde luego que sí, esa cajita de Efesto me vino de perlas el año pasado para poder tener por fin un herrero en el Belén. Aún tengo que darle una vuelta más a cómo colocarlo, ya que estoy buscando alguna referencia que me permita montar el año que viene una herrería y lucirlo en condiciones. Sin tu ayuda, el Belén se quedaría un poco cojo, aunque si nos paramos a pensarlo, teniendo a Efestos en él, también cojea la cosa... 🤣

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  3. Es qu ees tremendo, me encanta :D

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