Monday, October 17, 2022

Cañón Schneider 75 mm rifeño. Asalto a Sidi Dris

Los rifeños nunca contaron con un elevado número de piezas artilleras, una parte importante de las mismas, las consiguieron durante la terrible sucesión de acontecimientos que se produjeron en el conocido  "Desastre de Annual", que supuso la desbandada de las tropas españolas en el norte de África. Las cuatro primeras piezas, las consiguieron durante la toma de Abarrán, como narramos en la anterior entrada, posteriormente obtuvieron más en Igueriben, etc...


En la parte tocante a la miniatura, el esquema de color utilizado en el cañón y el armón, es exactamente el mismo, que en el caso del Schneider 75 mm que pinté para el ejército español, pues como he comentado, los que ellos usaron, fueron capturados y utilizados sin cambiar el color de los mismos.
Por su parte el contrapunto lo he puesto con los artilleros, donde he aplicado colores llamativos y diferentes en los ropajes de la dotación. En cuanto a la peana, he utilizado las técnicas habituales que estoy utilizando para realizar todas las bases, apoyándome en el uso de las plantas y matojos de Gamers Grass.

Tras la toma de Abarrán y la captura de cuatro cañones, Abd el Krim, espoleado por ese éxito, se dedicó a pasear los cañones capturados por los zocos y aldeas cercanas, para calmar las inquietudes de los recelosos y ganar para su causa a los escépticos. Aquellos cañones capturados, eran la prueba irrefutable que la tropas europeas podían ser derrotadas.


Aprovechando la situación favorable y la alta moral de sus tropas, el 2 de junio de 1921 Abd el Krim  ordenó tomar Sidi Dris, otra de las posiciones fortificadas que flanqueaban el campamento principal de Annual. Ésta posición estaba situada muy cerca de la costa, al otro lado del río Amekran.

La posición estaba defendida por el comandante Julio Benítez Benítez, segundo jefe del segundo batallón del regimiento de infantería Ceriñola 42. Tenía fama entre la oficialidad de "gafe", aunque lo cierto es que se trataba de un oficial muy capaz, que en todo momento señalaba las posibles problemáticas a las que las tropas tendrían que hacer frente, si eran atacados con sus líneas de suministro alargadas y tensionadas al máximo. 

El ataque se inició con un asalto de tropas rifeñas a pie que descargaron una fuerte fusilería sobre el reducto. Rápidamente Benítez transmitió que su posición estaba siendo atacada y aún de madrugada, varios aparatos de observación, despegaron del aeródromo de Zeluán, para observar desde el aire la situación. Al romper el alba, con las primeras luces del día, viendo la magnitud del ataque, mientras sobrevolaban la zona, regresaron a la base y tras presentar su informe, se ordenó que despegaran tres aviones Havilland, para practicar un bombardeo al poblado de Ikdi, muy cerca de Sidi Dris, donde se refugiaba gran parte de la Harka atacante. Se lanzaron 24 bombas explosivas y 4 incendiarias.

Los combates entablados, eran tan virulentos, que el cañonero Laya, que se encontraba en la zona, desde el asalto el día anterior a la posición de Abarrán, que se saldó con la caída de la misma, se unió al combate, aprovechando la cercanía de la posición de Sidi Dris a la costa. Pudo realizar un tiro de artillería naval muy eficaz gracias a las correcciones de tiro realizadas por las instrucciones que proporcionaban los aviones.


A última hora de la tarde, el cañonero Laya, desembarcó un pelotón de marineros formados por un contramaestre, catorce hombres y dos ametralladoras al mando del alférez de navio Pedro Pérez de Guzmán, quien recibiría una Medalla al Mérito Individual, por su destacado papel de aquel día. El pelotón se incorporó a la defensa, emplazando las dos ametralladoras junto a los cañones de la batería mandada por el teniente Galán. Cuando el oficial de artillería fue herido, Guzmán se hizo cargo de los cañones.

Sobre las 21 de la noche, al amparo de la oscuridad y con nuevos refuerzos, los rifeños lanzaron un nuevo asalto aún más violento, que los acontecidos durante el día, tal es así, que lograron llegar a la zona de alambradas, cortándolas en algunas partes. Tres cargas se produjeron y las tres fueron rechazadas, gracias entre otras cosas, a las dotaciones de ametralladoras del Laya, que emplazadas con buen criterio, pudieron frenar los diferentes asaltos, abriendo fuego a bocajarro.

De madrugada, viendo que el asalto había fracasado, debido a la acumulación de bajas, los rifeños se retiraron, dejando una treintena de cuerpos enredados en las alambradas del perímetro exterior y un centenar de cuerpos en las inmediaciones. Los españoles por su parte, sufrieron pocas bajas: ocho soldados heridos y dos oficiales, Benítez y Galán.

A pesar del fracaso en la toma de Sidi Dris, Abd el - Krim, había logrado la victoria de Abarrán y tenía los cañones capturados, para enseñarlos y exhibirlos como trofeo. Con ellos, sus filas se fueron nutriendo con cada vez más hombres, atraídos por las promesas de botín. En pocos días, su harka, pasó de 3.000 a 11.000 hombres.

Buena caza y largas lunas.

6 comments:

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    1. Thank you very much, very fun to paint, I am looking forward to starting in 2023, a Spanish Civil War project, SCW, and being able to paint bigger artillery pieces

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    1. Muchas gracias, el cañón es una pasada y ha sido muy divertido trabajar con él. Tengo ganas de abrir el melón de GCE y pintar algunas piezas más grandes.

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  3. Un resultado maravilloso, como siempre, y una lectura que acompaña. Estás haciendo muy, muy buen trabajo, lo digo en serio. ¡Sigue así!

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    1. Me está viniendo de lujo la excusa de pintar rifeños, para profundice en un periodo totalmente desconocido para mí. En el instituto se mencionaba el desastre de Annual, o se hablaba de pasada de los “africanistas”, que se foguearon en ese teatro de operaciones antes de la GCE, pero desconocía por qué había sucedido eso, qué hacía España allí, etc… Sólo por eso y disfrutar de las sesiones de pintado, merece la pena.

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