Sunday, October 2, 2022

Rifeños a pie. La caída de Abarrán

Hay que engrosar las filas de nuestra cabila, así que siguiendo las tácticas de Abd el - Krim, he recurrido al soborno, la amenaza y la coacción, para comenzar a reunir a mis tropas a pie. En el reglamento de Baraka y Fatalidad, se pueden encontrar listas para jugar tanto tropas a pie con un refuerzo de caballería, o una lista puramente de caballería, basada en las andanzas de otro personaje carismático de aquella guerra, El Raisuni, de quien hablaré en otra entrada, ya que merece capítulo propio.

Como viene siendo habitual en las miniaturas de rifeños que estoy pintando de la gama Baraka Games, he optado por no ceñirme a un color concreto y permitir que impere la mezcla de los mismos, aunque si es cierto que he procurado que la proporción de tonos pardos y apagados, predominen sobre otros más vistosos. Por ese motivo, utilizaré una paleta de colores amplia. Si bien es cierto, que históricamente, lo más probable que los tonos de las vestiduras fuesen tonos pardos y más apagados, guardándose las vestimentas más vistosas para celebraciones y ocasiones especiales.

A nivel juego, las unidades de infantería rifeña, se componen de 6 soldados, un "cabo de escuadra" y la posibilidad de incluir otro rifeño con un granada. A día de hoy, mi intención es crear seis escuadras con esa configuración completa, ya que se recomienda jugar entre 600 y 1.000 puntos. Cada escuadra formada por un cabo y 6 rifeños, son aproximadamente 100 puntos, por lo que no es extraño necesitar en torno a 3 - 6 escuadras para jugar, dependiendo del tamaño de la misma. El resto de puntos, los completaría con los mandos, añadiendo una fuerza auxiliar de caballería, una ametralladora ligera, un cañón, etc...

El Monte Abarrán fue la posición elegida para fortificarla y utilizarla como primer baluarte de defensa, en caso de que quisieran atacar el campamento principal de Annual al tiempo que controlaban el margen izquierdo del río Amekran. Estaba situado a unos 10 km en línea recta, pero en realidad se trataba de un penoso viaje de 15 km a través de sendas de montaña y quebradas de difícil acceso, lo que entorpecía mucho la comunicación entre ambas posiciones.

Jesús Villar, comandante de caballería y jefe de la Policía Indígena, fue el encargado de fortificar la posición. Tras hablar con los cabecillas de la cabila de Tensaman, la presominante en la zona y obtener su permiso, emitió un informe positivo al emplazamiento del puesto fuerte. Para evitar las horas centrales de calor, la columna partió por la noche, compuesta por tres mías, (compañías) de Policía Indígena, dos compañías de ametralladoras del regimiento Ceriñola, dos compañías de zapadores, un de regulares indígenas, una estación de heliógrafo, una harka amiga de Tensaman y una batería de montaña compuesta por cuatro cañones Schneider 105 mm.

Nada más llegar los primeros integrantes de la fuerza a la posición, detectaron movimientos sospechosos de tropas y comenzaron a fortificar sin demora el lugar. Pues los caminos, al ser estrechos y serpenteantes obligaron a extender mucho la marcha de la columna, teniendo que hacerse algunos tramos en fila de a uno, azuzando a las mulas que transportaban todo el material necesario para fortificar la posición. Por desgracia, la posición carecía de piedras y parte de los sacos de aspillera que se llevaron al lugar, estaban podridos o en mal estado y no se pudo fortificar convenientemente la posición, tan sólo se creó una línea de parapeto de apenas un metro de altura y parte de otra, tendiendo 30 metros de alambradas, pues el terreno era demasiado duro como para clavar las alambradas correctamente, dejando el resto del terreno sin cobertura, confianza la densidad de la maleza y el escarpado terreno, como única protección frente a un ataque enemigo.

A mediodía Villar abandona la posición junto a la columna de apoyo y la compañía de ametralladoras del Ceriñola, dejando al mando al capitán Juan Salafranca y 250 hombres, de los cuales apenas 50 eran soldados españoles, la dotación de la batería de montaña y los hombres al cargo de Salafranca, el resto eran tropas nativas y miembros de la harka de Tensaman . Un par de horas después, cuando se encontraban a medio camino del campamento de Annual, comienzan a escuchar las atronadoras descargas de la batería de montaña y la descarga de fusilería. Acababa de comenzar el asalto a la posición de Abarrán. Villar continuó la marcha hasta el campamento de Annual, más tarde en su informe, alegaría, que hubiera sido imposible alcanzar de nuevo las posiciones de Abarran antes del anochecer, con el riesgo que eso hubiera supuesto en pérdida de hombres. Enfrente, tenían en torno a en torno 2.000 y 3.000 rifeños de las harkas Tensaman y Beni Urriaguel.

La posición precariamente defendida, fue asaltada desde todas las posiciones, incluidas aquellas que parecían demasiado escarpadas y agrestes. Las tropas indígenas bien por miedo a las represalias de los atacantes, o porque ya estaban en trato con los enemigos, siguiendo el ejemplo de las tropas auxiliares de Tensaman, desampararon el campamento español, abriendo fuego sobre éstos y uniéndose a las filas rifeñas. Salafranca, malherido, ordenó una carga a la bayoneta para despejar el campamento, muriendo nada más iniciarse. Mientras las piezas de artillería disparaban a cota cero, a quemarropa, contra los enemigos que tenían encima.

El teniente de artillería Diego Flomesta, ordenó la evacuación del campamento y se quedó defendiendo la posición, mientras inutilizaba tres de los cuatro cañones de los que constaba su batería. Herido, no pudo inutilizar el cuarto y fue tomado prisionero por los rifeños, que posteriormente intentaron durante el cautiverio, que les enseñara a utilizar y reparar los cañones capturados. Negándose a hacerlo, acabaría muriendo de las heridas y por su negativa a ingerir alimento y agua, para no prolongar su agonía. Por esta acción, recibiría a título póstumo la Cruz Laureada de San Fernando de segunda clase.

Os dejo entrada a mi blog, donde podéis ver la entrada que le dediqué al pintado del cañón Schneider de 105 mm y que para la figura del oficial al mando, tomaron los diseñadores como modelo al teniente Diego Flomesta.

https://pincelesydadoswargames.blogspot.com/2022/07/canon-schneider-75mm-ejercito-espanol.html?m=1

Tan sólo una veintena de soldados españoles y unos cuarenta soldados rifeños que se habían mantenido fieles a la palabra dada, lograron llegar al campamento de Annual. La caída de Abarrán, permitió a las tropas de Abd El - Krim mostrar los cañones capturados, dando muestra de su gran victoria sobre los españoles, lo que permitió que las cabilas dudosas, se unieran a su causa, logrando incrementar sus fuerzas en el terreno, hasta los 11.000 efectivos.

Así se cerraba el primer acto del Desastre que estaba aún por llegar.

Buena caza y largas lunas.


2 comments:

  1. Beautiful painted minis!
    Love the colour palette.
    Best

    ReplyDelete
    Replies
    1. Thank you very much, being an irregular unit, I wanted to enhance the individuality of the minis, so that they would all attract attention separately and together they would form a very colorful unit

      Delete