Sunday, April 30, 2023

Uniformidad y emblemas propios de La Legión. Unidad legionaria

Ampliando las filas de mis legionarios, toca presentar una nueva unidad de infantería. Como os comenté anteriormente, hay tres Blister diferentes, cada uno de ellos compuestos por 6 modelos distintos. Además, puedes elegir que cada modelo venga con cabezas cubiertas por chapiri o lo hagan con chambergo. Personalmente, a nivel estético me gusta más el chapiri y por eso todas las referencias las pedí con él. Lo bueno es que tienes 18 minis con chapiri y otras 18 con chambergo, que permiten introducir variedad en las unidades.

En esta ocasión me he centrado en los legionarios con chaqueta, que también introducen un buen contrapunto al resto de miniaturas, ya que las demás van en camisa. Personalmente me encanta la postura de la miniatura que está calando la bayoneta.

Respecto a la peculiar uniformidad de esta unidad, hemos de comentar que en sus inicios, los legionarios, vestían con una mezcla de uniformes, ya que no había prendas suficientes para todos los hombres, vistiendo los más de los ellos con el uniforme que portan los soldados de infantería del ejército de Marruecos. Utilizando los sobrantes de otras unidades.

Según las reglamentaciones, el gorro y teresiana, debían formar parte de la uniformidad, pudiendo sustituirse por uno de paja, en los meses de más calor. La guerrera debía ser de Kaki verdoso, con cuello vuelto y bolsillos amplios y prácticos. El pantalón del mismo color, por debajo de la rodilla y abombado, las polainas, de vendas y del mismo color. Los zapatos de color avellana. Correaje, morral, bolsas, etc..., del mismo color que la infantería.. Por último, la prenda de abrigo será un capote - manta.

Rápidamente la uniformidad de La Legión, comenzó a adquirir un estilo muy definido, que sigue siendo la seña de identidad de este cuerpo y que se ha mantenido hasta la actualidad. Sería el Comandante Mayor del Tercio, Adolfo Vara de Rey, quien propuso ciertos cambios en la uniformidad, para imprimirle personalidad y carácter, permitiendo que esta unidad destacase y fuese fácilmente reconocible. En primer lugar, propuso usar el "gorrillo isabelino con borla", que en la actualidad se conoce como gorrillo legionario y más comúnmente como “chapiri”. Debido a los rigores del calor, principalmente en los meses de verano, las tropas cuando salían de misión, durante la instrucción, etc..., comenzaron a protegerse con los "chambergos", sombreros de tela de ala ancha, que se podían doblar y guardar fácilmente. Quedando el gorrillo legionario, principalmente para las guarniciones, la vida en el campamento y actos oficiales.

El correaje de cuero, se sustituyó muy pronto por por otro más ligero y práctico, el denominado "Mills británico", por ser más ligero y con bolsillos más amplios y accesibles. Se consiguió una notable partida de estos correajes a muy buen precio en Gibraltar, excedentes de la I Guerra Mundial y que había formado parte de los uniformes canadiense y belga.

Y por fin, otra seña de identidad de La Legión, la camisa verde de ese color tan característico, era utilizada por deportista, por tratarse de prendas amplias y cómodas, que permitían libertad de movimiento. Se trataba de una camisa con cuello vuelto y amplio, sin abotonadura, que se ponía por la cabeza. Cuando se fue sustituyendo por otra de abotonadura completa, los legionarios, continuaron manteniendo la misma sin cerrar completamente, para continuar la tradición de llevar la camisa parcialmente abierta.

De esta forma, en muy poco tiempo La Legión consiguió adquirir ese estilo tan definido, que le diferenciaba del resto de unidades. Era una unidad de élite, tropas de choque y tanto las tropas amigas, como los enemigos, debían saber que quienes entraban en combate eran ellos. Así infundirían ánimo en el corazón de los amigos y pavor en el de sus enemigos al primer vistazo.

En 1923 se aprueba el uso reglamentario del emblema legionario, iría en dorado y se utilizaría como símbolo de pertenencia o de haber pertenecido a La Legión, como muestra de los servicios distinguidos prestados en esa unidad de combate. 

Se eligieron como símbolos para el mismo, la ballesta, el arcabuz y la alabarda, por ser las tres armas principales usadas por los Tercios Españoles que combatieron por el Imperio español de los Habsburgo durante los siglos XVI y XVII

- La ballesta: Primer arma de disparo usada por las tropas españolas durante el siglo XV y principios del XVI, por los antecesores de los Tercios españoles. Era un arma evolucionada del arco, con mayor penetración y más fácil de usar, al no requerir años de entrenamiento en su uso.

- Arcabuz: Arma principal de los Tercios de Flandes, la proporción de armas de fuego en las tropas españolas era muy superior a la del resto de países, ya que los españoles optaron por un uso más agresivo en las doctrinas de combate, buscando crear cortinas de tiradores que se acercasen al combate y acosar desde cerca al enemigo causándole numerosas bajas, mientras se acerque al cuerpo principal de piqueros del Tercio. Rápidamente sustituyó a la ballesta.

- Alabarda: Es un arma asociada al mando, la llevaban los sargentos y encargados de proteger a los mandos y enseñas del Tercio. Es un arma compuesta que valía para tajar, cortar o clavar, dependiendo con qué parte de la misma atacases. Se asocia al mando.

- Corona: Representaba la lealtad y servicio al Rey y la corona, por ser Alfonso XIII un valedor de la creación de La Legión.

Otra de las características de La Legión, es la denominación de sus integrantes como "Caballeros legionarios", (en la actualidad, desde la incorporación de mujeres a esta unidad, el tratamiento es de Caballeros y Damas legionarias). El título de Legionario fue otorgado por Alfonso XIII a todos los integrantes del Tercio, mientras que el de Caballero, fue el propio Millán Astray quien comenzó a utilizarlo para referirse a los hombres bajo su mando. Quedando este tratamiento recogido en las ordenanzas y utilizado a día de hoy.

Buena caza y largas lunas

Sunday, April 16, 2023

Cómo hacer casas para Guerra del Rif. Parte 2, preparando el terreno.

Tras terminar de montar la “casa fuerte”, decidí que para que el conjunto tenga una mayor estabilidad y también por una cuestión estética, iba a integrarlo en una base escénica.

Para eso partí de un panel de DM y una plancha de Porexpan expandido, que puedes encontrar en cualquier plataforma de construcción. Tras aplicar una generosa capa de cola en una lámina de Porexpan, la pegué en el panel de DM. Como mi intención era simular que se trataba de un emplazamiento situado en un pequeño altozano, decidí pegar una segunda lámina de Porexpan y lograr así una mayor altura. Este proceso lo hice mientras estaba terminando de preparar la edificación, así que pude dejarlo secar durante 3 días. Al bloque de DM y Porexpan, le puse una generosa ración de libros encima, para dejar que la cola hiciese bien su trabajo y todo quedara bien unido.

A partir de aquí, tocaba dejar volar la imaginación y tratar de visualizar qué es lo que queremos representar. Tras situar la edificación encima de la plancha, me dediqué a jugar con las diferentes posiciones que podía ocupar. Me decidí por situarlo lo más atrás posible y crear una especie de camino de bajada que trace una revuelta.

Con esa idea en mente, cogí un bolígrafo y esbocé esa idea sobre la plancha de Porexpan. Ahora tocaba tirar de cúter, (recomiendo que tenga hoja ancha y cierta longitud, para poder profundizar en las láminas de Porexpan), con paciencia, había que darle forma a las planchas, para desdibujar la forma poliédrica y lograr que aparezcan las irregularidades en el terreno.

Mi intención era simular un pequeño altozano, con un único camino de ascenso principal y un par de senderos secundarios, para poder acceder a las alturas. Los laterales y la parte trasera, serían afloramientos rocosos. Esos afloramientos pueden tallarse en el propio Porexpan o pueden simularse, utilizando cortezas de árbol, como las que puedes encontrar en cualquier centro de jardinería.

Cuando terminé de marcar y cortar las partes de Porexpan que quería liberar, tuve que retocar algunas zonas, con algo más de cuidado y prestando atención al relieve final que quería acabar consiguiendo. Recomiendo retirar por capas el material, en vez de tratar de hacerlo mediante trozos muy gruesos. Por un lado controlas mejor el corte y por otro, resulta más fácil su retirada, evitando el riesgo de combarse la hoja del cúter y que pueda quebrarse.

Según iba cortando, decidí que además de la bajada principal, iba a hacer un camino secundario lateral, para poder darle un poco más de juego a la escenografía.

Tras terminar con esa parte, comencé a pegar trozos de corteza de pino, para simular rocas y relieves del terreno. He usado cola y para fijar bien las rocas y darle volumen.


Después de dejar secar bien durante un día, encolaba bien pequeñas zonas y posteriormente aplicaba una capa de pasta Das. Lo he ido haciendo por zonas, para que no se secase la cola y poder ir extendiendo bien la pasta y ajustando los volúmenes que quería conseguir.

Ni que decir tiene, que mientras iba haciendo los diferentes pasos, colocaba el Qsar en el tablero y alguna que otra miniatura, únicamente como medida de control. En ningún momento comencé a juguetear con los rifeños, hacerlos bajar a galope o dedicarme a disparar desde las posiciones a cubierto de la edificación. Nosotros somos gente seria y eso nunca lo haríamos, ¿verdad?.

Una vez que terminé ese proceso con todos los laterales, me tocaba fijar el Qsar al terreno. Para ello, lo que hice fue colocarlo directamente sobre la lámina de Porexpan y tras ver que algunas zonas no llegaban a asentarse bien, lo fui apañando con pequeños refuerzos de pasta Das. Una vez que lo dejé preparado, levanté la edificación y apliqué una generosa capa de cola rápida. Para terminar de darle más consistencia, ya me dediqué a aplicar la capa Das que hará las veces de relieve en la zona alrededor del Qsar.

Tras dejar secar bien toda la superficie, me dediqué a imprimar con spray negro tanto el terreno, como el edificio. Una vez que la pintura estuvo listo, volví a dar pequeñas rociadas para solventar las zonas que no se habían cubierto bien. Con esa parte del trabajo hecha, doy por terminada esta segunda fase del proyecto. Le he dedicado una semana de trabajo, con sesiones de 2-3 horas todos los días. Dejándolo listo para la tercera y última: pintar y decorar.

Buena caza y largas lunas.



Sunday, April 2, 2023

Cómo hacer casas para Guerra del Rif. Taller escenografía Parte 1.

Después de las partidas de iniciación de “Baraka y Fatalidad”, centradas en la Guerra del Rif, que jugué en el club 7 Grado, aproveché para hacer unas pocas fotos a mis miniaturas, usando como fondo, la magnífica colección de escenografía que tienen allí. Mención especial a las casas y edificios que hace Román, un fuera de serie de la escenografía. La calidad y variedad de sus creaciones, es tan extensa, que tan pronto hace una mesa de Sci Fi, como te monta una mesa para jugar histórico.

Ni que decir tiene, que Suber, con su magnífica ciudad minera vertical, ha sido mi gran referente y la persona a la que estuve dando la lata y bombardeando con montones de fotos del proceso, para que me aconsejara en algunos pasos del proceso de construcción. Así que no puedo más que estaréis agradecido: por su paciencia y consejos.


Movido por el gusanillo, me propuse empezar a crear mi propia colección de escenografía, para jugar este periodo histórico. Lo lógico hubiera sido comenzar creando una pequeña casa, un palmeral, o una pequeña pieza como un pozo, para ir llenando la mesa de juego. Sin embargo, cuando me senté a hacer los bocetos, para diseñar una casa, me vine arriba y comencé a añadir cosas, hasta que finalmente acabé con un pequeño boceto de un Qser, una especie de casa fuerte, que poder usar de Refugio, donde guardar el ganado, etc… En él solían vivir la familia y allegados, así como lugar de Refugio, en caso de razias por parte de harkas rivales. No todo el mundo podía permitirse esas construcciones.

A la hora de trabajar, partí del boceto hecho a mano, no me he basado en ningún edificio concreto, simplemente me he dedicado a añadir retazos de cómo me imaginaba yo que sería y cómo me gustaría que fuese.

Los materiales a utilizar, son sencillos y fáciles de conseguir en cualquier bazar de la zona: cartón pluma, cola blanca, cartón fino, (vale el que viene en los fascículos o cajas de cereales), palos de madera de diferentes grosores. Una plancha de corte, reglas para tomar medidas y un buen cúter.

Sobre unas cuartillas tamaño A4 de cartón pluma, fui esbozando las estructuras principales del edificio y luego con un poco de paciencia y tirando de cúter, las fui recortando una a una. Traté de hacer los 4 lados exteriores del edificio de una sola pieza, para no tener que ensamblar luego tantas partes.

Durante todo el proceso fui marcando las medidas usadas y qué parte de la construcción representaba. De cara a facilitar su posterior ensamblaje y sacar las piezas interiores de los edificios. Con las ideas claras, ese trabajo me llevó media tarde tranquilamente.

Posteriormente me dediqué a cortar con el cúter todas las piezas y a ir ensamblándolas una a una. Me centré en acabar con los edificios de cada uno de los lados, en vez de hacer la parte exterior completa del complejo. Así el conjunto ganaba robustez. Sobre la marcha tuve que rectificar algunas partes, para que terminasen de cuadrar. Antes de pegarlas, dibujé donde quería poner ventanas, puertas, celosías, etc… En cuanto a la técnica utilizada para pegar las diferentes partes, en uno de los lados aplicaba cola rápida y en la parte que lleva el protector, le aplicaba silicona caliente y pegaba ambos extremos.

Para reforzar las uniones, por debajo y dentro de los edificios, pegaba pequeños refuerzos, para darle más solidez a la estructura. Para asegurarme que todo quedará bien pegado, insertaba pequeños alfileres, para permitir que el pegamento, hiciera su trabajo.

Tras armar toda la estructura, y poner los alfileres, lo dejé toda la noche secando. Esta parte fue un poco desesperante, ya que tuve que ir haciendo algunos ajustes sobre la marcha y me tiré 3 - 4 horas montándolo todo.

Una vez hecha la estructura principal, toca comenzar a preparar todos los elementos que “vestirán” los edificios: puertas, ventanas, celosías… Nuevamente he utilizado elementos sencillos y fáciles de conseguir: cartón y varillas de madera de diferentes grosores.

Pongo el ejemplo de cómo he construido una de las celosías del conjunto. En primer lugar, sobre cartón marqué el “suelo” que sobresale en el vacío y la pared. 

Después con trozos cortados de las varillas he creado los marcos de la estructura y los soportes que anclan el suelo al edificio.

A partir de ese momento, utilizando más cartón, he dibujado listones y tras “crearle las vetas a la madera con un lápiz, he marcado ligeramente las separaciones entre tablones con un cúter y me dediqué a pegar las diferentes partes entre sí.

Toca ponerse creativo y cortar el cartón generando formas geométricas y adornos, que hagan destacar esos elementos de escenografía. En mi caso, he de reconocer que aún tengo mucho camino que recorrer, para lograr que estos balcones exteriores sean más llamativos. Dicho lo cual, para ser el primero que hago en este estilo, estoy muy contento con el resultado final.

A la hora de fijarlo al edificio, vuelvo a usar la cola. Posteriormente, cuando le aplique la capa de pasta Das, para crear el efecto volumen del adobe, quedará aún más sujeto a la estructura. Y como nadie nace aprendido, tuve que quitarle los “soportes” que hacen de cruceta, para unir el balcón al edificio y poder empezar a darle volumen al edificio con pasta Das.

Y sí, mi objetivo es darle volumen al conjunto usando pasta Das, simulando el adobe y luego posteriormente, me estoy planteando aplicar una capa de texturizante, aunque aún no lo tengo decidido, ya que el efecto “adobe” ha quedado mejor de lo que yo pensaba en un principio.

Antes de aplicar la pasta Das, he rayado con un cúter la superficie plana del cartón pluma, para que agarre mejor. También he dado una ligera capa de cola por la superficie, para que la pasta agarre bien.

Como las sesiones de tiempo que puedo dedicarle al proyecto, cada vez que me pongo, son limitadas, una o dos horas como máximo, llegado el momento de aplicar la pasta Das, lo voy haciendo por secciones. De hecho básicamente, cuando tengo todos los elementos de una torre listos, los pego y cuando están secos, comienzo a extender la pasta Das. Al día siguiente, cuando me dedico a otra nueva sección, lo único que he de hacer, es continuar aplicando la misma técnica, procurando que no queden grietas o irregularidades. La manera de hacerlo, es la misma, que cuando aparecen irregularidades tras secar la pasta Das.

Dejo secar la pasta Das durante un día, es ocasiones salen grietas, pequeñas imperfecciones, que son fáciles de corregir. Con un poco de pasta Das, extendemos sobre la superficie que queremos corregir y tras humedecer los dedos con un poco de agua, extendemos bien, fusionando ese “parche”, con la zona que queremos corregir. Personalmente el resultado final me resulta satisfactorio

Preparar esta edificación, desde que comencé a esbozarlo, cortar el cartón pluma y utilizar la pasta Das, para simular la textura de una edificación de adobe y piedra, ha sido de una semana. Por supuesto, si prefieres hacer una casa más pequeña, el sistema de trabajo sería el mismo y por tanto más fácil de hacer, al ser elementos de menor tamaño.

A la hora de hacer el tejado del corral, tuve mis dudas sobre el material a utilizar. Finalmente me decidí por cortar pequeños trozos de palitos de madera, simulando tablas clavateadas sobre un armazón de madera. Para darle un toque más de improvisación o de trabajo temporal, crucé unas pocas tablas por encima, como si quisiera darle más estabilidad al tejado.


Y con ese toque, pude dar por finalizada la fase de construcción de la “casa fuerte”. Ahora sólo queda mostrar el resultado final de esta primera fase del proyecto.

Llegados a este punto, toca tomar un poco de distancia y analizar fríamente el resultado del trabajo. He de reconocer que para ser el primer gran proyecto de una envergadura tan grande en el que me meto, estoy razonablemente contento. Trabajar con el cartón pluma como punto de partida para hacer escenografía, es un acierto: fácil de trabajar y cortar. Usar la pasta Das, me tiene dividido, es fácil de moldear y se aplica fácilmente y se pueden corregir los errores sin mayores problemas. Por contra, la pieza es un poco pesada, ya que tuve que usar Tres pastillas de 500 gramos de pasta Das. Aún tengo mis dudas sobre si texturizar los muros o dejarlos tal cual, como si de muros de adobe se tratara.

¿Qué me queda por delante?. Pues voy a trabajar en una base escénica donde situar esta casa fuerte. Mi intención es que simule una pequeña zona elevada. Posteriormente, cuando tenga todo montado, tocará ponerse con el proceso de pintado y decoración del conjunto.

Espero que os haya gustado.

Buena caza y largas lunas.

Uniformidad y emblemas propios de La Legión. Unidad legionaria

Ampliando las filas de mis legionarios, toca presentar una nueva unidad de infantería. Como os comenté anteriormente, hay tres Blister difer...