Monday, May 31, 2021

"Cazadores de Sombras". Knight Incator

La última miniatura que he pintado hasta el momento, es esta Knight Incantor. Aún no la he utilizado a nivel juego. Me decidí a pintarla por la misma razón que llevo a cabo la mayoría de mis proyectos, dejándome llevar por el mero impulso.

Esta miniatura me venía en la caja de "Souls Wars" y de hecho es la única que he pintado de ella hasta el momento. En un principio tenía pensado continuar pintando más Stormcast, centrándome en la Cámara Sacrosanta, pero lo cierto es que estaba un poco saturado de pintar a los chicos de Sigmar y decidí parar un tiempo, para poder ponerme nuevos retos. Como bien sabéis a estas alturas, ese nuevo reto es el ejército de Gloomspite Gitz que estoy pintando actualmente.





"Los aullidos y gruñidos de los bestiales garrapatos cada vez estaban más cercanos. El sacrificio de sus compañeros, les había permitido ganar algo de tiempo y estar muy cerca de la puerta que les permitiese retirarse hasta Azyr. Aun así, su sacrificio no había sido suficiente, sus perseguidores eran extremadamente rápidos, algo notable, sobre todo teniendo en cuenta que entre los Stormcast, su cámara era conocida por ser la más rápida. Sin pensárselo mucho, la Knight Incantor se dejó caer hasta el final del grupo que se batía en retirada, era consciente que había que ganar tiempo, mejor que se sacrificase una persona por el bien del grupo. 

Los compañeros que iban pasando a su lado, asentían con la cabeza deseándole buena suerte, alzaban sus puños en reconocimiento a su gesto o bozeaban “nos veremos en la Reforja”. Cuando prácticamente el grupo le superó, el Lord Aquilor se detuvo a su lado. 

 - Valeria, ¿qué se supone que vas a hacer?. 

- Nada mi señor, simplemente estoy cansada de correr y me gustaría descansar un poco.

Desde lo alto de la cima en la que se encontraba, el Lord Aquilor se volvió a medias en su montura, forzando la vista pudo llegar a distinguir de nuevo la marea de veloces criaturas que les perseguían. Durante unas horas habían logrado obtener una tregua a costa del sacrificio de sus hermanos, ahora, se volvía a imponer otro sacrificio. 

- ¿Estás segura? 

- No me gusta que me azucen como al ganado mi señor, prefiero plantarme y luchar con mis condiciones. 

El Lord Aquilor asintió, sabía qué quería decir, él sentía lo mismo, le hubiese encantado plantarse allí y lanzarse contra sus enemigos, para descargar la rabia y frustración que le invadía, pero no podía hacerlo, tenía una responsabilidad que cumplir, llevar lo que quedaba de su cámara hasta Azyr. 

 - Buena suerte Valeria, cuando salgas de la Reforja, estaré allí para recibirte. 

- Estoy segura de ello, mi señor -, dijo con una sonrisa irónica. – Me vendrá bien ese tiempo de descanso, después de las últimas carreras. 

Cuando el Lord Aquilor picó espuelas, Valeria se dio cuenta de que un puñado de Stormcast permanecían allí con ella: Vargus, Orión, Sísifo…, ella no les había pedido que se quedasen allí, tampoco hacía falta, eran amigos, sabían lo que iba a intentar hacer y por qué, así que tomaron su propia decisión, permanecer al lado de su camarada. Unas lágrimas brotaron por la comisura de sus ojos, era reconfortante verse rodeada por sus camaradas en un momento así. 

- Gracias -, musitó con voz queda, embargada por la emoción. 

- Tú fríelos pequeña, nosotros nos encargaremos de cubrirte las espaldas y darte todo el tiempo que podamos -, dijo Vargus mientras iba bajando hasta media ladera, junto con la decena de Stormcast que le acompañaban, dispuestos a crear un muro de metal y carne que la protegiera. Valeria avanzó un paso decidida, concentrando todas las emociones que le embargaban en aquellos momentos, fundiéndolos con su poder y alzando la mano al cielo de golpe, convocó el relámpago, haciendo que éste se precipitara desde el cielo en forma de luz cegadora sobre las cabezas de sus enemigos. A aquel primer relámpago, le siguió otro y otro más y otro más, en una rápida sucesión de cegadores destellos, que abrían sangrientos surcos en las manadas de garrapatos. Cada impacto lanzaba por los aires decenas de cuerpos de sus enemigos, provocaba que rocas candentes del tamaño de puños salieran disparadas en todas direcciones causando aún más bajas entre sus perseguidores. Incluso aquellas estúpidas bestias, comenzaban a conocer un sentimiento que jamás hubiesen podido sospechar que llegarían a conocer, el miedo. Cada zancada de avance, les costaba un alto precio a las manadas de garrapatos, Valeria sentía cómo empezaban a titubear y flaquear en su determinación de seguir avanzando, revolviéndose entre ellos o contra sus pastores, por un breve instante y a pesar de notar el cansancio y el desgaste de toda la magia que estaba lanzando, albergó una pequeña esperanza… Entonces comenzó a notar que caían bultos desde el cielos, pequeñas bolas, algunas se espachurraban y estallaban en mil pedazos, otras se levantaban tambaleantes, media aturdidas, antes de ser derribadas por sus compañeros, sin darles tiempo a atacar. 

- Por todos los infiernos…, ¿de dónde demonios salen esos garrapatos?. No tuvo tiempo para contestar la pregunta, las manadas de garrapatos se pusieron en marcha de nuevo aprovechando el pequeño momento de vacilación, al tiempo que más de aquellos garrapatos voladores continuaban aterrizando a su alrededor. Ahora la lucha se recrudecía, ya no luchaba únicamente por parar la marea de garrapatos, ahora luchaba también por su vida, tenía que dividir su fuerza entre proteger a sus camaradas y frenar la cada vez más cercana horda de garrapatos que se les echaba encima…"

Aún no tengo claro cuando retomaré este ejército de nuevo, tengo claro que más tarde o temprano, tengo unidades que completar y otras que empezar desde cero. Con lo que tengo de la parte de los Stormcast de la caja de las "Souls Wars", más lo que estoy recibiendo de "Mortals Realms", tengo un buen puñado de miniaturas con las que hacer una Cámara Sacrosanta. Ahora toca buscar el momento para ponerse a ello, aunque de momento, no entra en mis planes iniciar una escalada de pintura Stormcast a gran escala. Cuando termine mi ejército Goblin, me apetece centrarme en algo diferente a lo que he hecho hasta ahora".

Buena caza y largas lunas.

Monday, May 24, 2021

Continúa la Cacería Salvaje, los pastores de Garrapatos azuzan la marea enloquecida.

Después de haber pasado las últimas semanas pintando en serie los garrapatos mordedores que tenía que pintar, tocaba dar paso a los pastores que van a dirigir los rebaños hacia el enemigo. Puedo aseguraros que he llegado a odiar la mini del pastor de garrapatos que porta atado a un palo una seta, como si estuviera tratando de incitar a los garrapatos que corran detrás de ella. Se me partió dos veces la cuerda, la primera de ellas, pude sustituir directamentela pieza, ya que aún no la había pegado al cuerpo del pastor, pero la segunda vez, me pasó cuando casi había terminado de pintar la miniatura. Así que me tocó tirar de paciencia y pegar de nuevo la seta al palo como buenamente pude. Con la manía que he pillado a esa mini, me da que será la última mini que trataré de poner en mesa. 

En este caso y dado que usé un par de minis de esta caja para meterlas como músicos de algunos de mis regimientos de lanceros goblins, tuve que meter dos goblins para hacer de pastores de garraptos. Una de las minis elegidas ha sido un músico con gong de las cajas multicomponentes, la elección en ese sentido era obvia, algo que hiciese ruido y lanzara hacia delante el rebaño de bestias. Para la otra mini, tuve suerte, ya que hace unos meses me hice con una segunda remesa de goblins de la caja “El Paso de la Calavera”, esa remesa incluía el héroe Goblin que está sujetando un pequeño garrapato, así que creo que se adapta muy bien al trasfondo de la unidad y por eso decidí usarla.

“Después de la lluvia de proyectiles que habían sufrido las aún nutridas filas del Colmillo Roto durante largas horas, la horda de pielesverdes, se quedó conmocionada una vez que logró acabar con los defensores que tanto daño les había inflingido. Ni uno sólo de aquellos Stormcast había sobrevivido a la salvaje venganza que protagonizaron los goblins, acabaron con ellos en un frenesí de lanzazos, cuchilladas y dentelladas de los feroces garrapatos.

Las desquiciadas bestias, aún estaban absolutamente enloquecidas y fuera de sí, al salvajismo natural en ellas, se unía el fragor del combate, el olor a sangre que todo lo impregnaba, la enorme cantidad de cuerpos goblins caídos… . Por el contrario, no había restos de los Stormcast caídos, ya que cada vez que uno de ellos era abatido, desaparecían envueltos en un cegador rayo de luz, ni cuerpo ni armadura quedaban sobre el campo de batalla. Todo aquello provocaba que la situación fuese aún más desconcertante, era como si una guadaña invisible, hubiera acabado con los caídos y tal como llegó, hubiera desaparecido.

-        Maldita zea, ezpabilaz, rataz zarnozaz, hay que ponerze en mazcha antes de que ze escapen aún máz loz Ztozmcozaz-, se puso a gritar Morg .

-          No podemos ponezloz en mazcha mi Zeñó -, respondió con voz gritona uno de los capitanes.

Morg, desde su privilegiada posición encima de su carro, pudo comprobar el caos en el que estaban sumidas las filas de los regimientos. Llenándose los pulmones ladró ordenes:

-        Que los múzicoz llamen a filaz, que los abanderadoz agiten zuz eztandartez, todos a zuz regimientoz…

Poco a poco y no sin reticencias ni reniegos, cada uno comenzó a agruparse en torno al estandarte de su regimiento. Algunos regimientos habían quedado tan mermados, que apenas quedaba un puñado de supervivientes, tanto era así, que él, sabio como pocos entre los suyos, ordenó a su propio abanderado que se descalzara. – Trez, cuatro, zinco, zeiz, ziete, ocho, nueve, diez, onze muchachoz quedan en eze…-, maldita zea, quedan tan pocoz, que me zobran dedoz de tuz manos y piez para contarloz…

Miró a su alrededor, buscando alguien a quien encasquetarle la tediosa tarea de reorganizar aquellos maltrechos regimientos, su  mirada se fijó de golpe en un corro de goblins en el que se estaban increpando los unos a los otros. Aquellos eran los capitanes y subalternos supervivientes de los regimientos, peleando por ver quien asumía el mando de este o aquel regimiento que había quedado sin capitán. Todos querían recomponer sus filas a costa de los demás. 

Con un cansado suspiro de resignación, Morg bajó de su carro. Aquello no sólo atrajo las miradas de hasta el último goblin del campo de batalla, los músicos dejaron de llamar a filas, los abanderados, congelaron en el aire el movimientos de los estandartes, incluso la inminente pelea que estaba a punto de estallar entre los capitanes, paró en seco. Pocas veces se veía andar por propia voluntad a Morg, cuando eso sucedía, algo importante estaba a punto de suceder. Poco a poco se acercó hasta el corrillo de capitanes, con su poderosa hacha a dos manos apoyada en su hombro, se detuvo en seco, a varios metros de ellos, les clavó una mirada penetrante a cada uno de ellos, hasta que les obligó a todos ellos a bajarla. Aún así, permaneció quieto, sin moverse ni un milímetro, forzando que fueran ellos los que llegaran hasta él.

A Morg poco le importaban las luchas de poder de aquellos advenedizos, él lo único que quería era terminar su trabajo, para ello tenía que alcanzar primero a los fugitivos, así que con secas órdenes y apresurados gestos, comenzó a fusionar unos regimientos supervivientes con otros. Cuando terminó de impartir aquellas órdenes, se volvió de nuevo hacia los nuevos regimientos que comenzaban a formarse. Pidió a su abanderado que se descalzara y se puso a contar señalando los dedos que le mostraba. Luego se volvió hacia sus capitanes y pudo comprobar que tenía tres capitanes de sobra, algo de lo que ellos, aún parecía que no se habían percatado. Se volvió de nuevo hacia los regimientos de lanceros y durante unos instantes que parecieron hacerse eternos, pensó cual sería la mejor forma de solucionar todo aquel embrollo.

Se giró a la velocidad del rayo, algo absolutamente sorprendente para un cuerpo tan grueso como el suyo y de un único barrido, cercenó las cabezas de los cuatro goblins más cercanos a él. Aquel gesto, solucionaba su problema y de paso mandaba un mensaje claro al resto de lanceros de los regimientos, siempre alguien tenía que asumir la culpa por los fracasos, Morg no lo iba a hacer, así que mejor no fallarle, o los próximos en menguar una cabeza de altura de golpe, podían ser cualquiera de ellos.

-         Maldita zea, eze último eztupido eztaba demasiado zerca, ahora me tocará buzcaz un capitán para el que ze ha quedado zin capitán… 

Pero ese problema lo resolvería más tarde, pues mandó llamar a sus capitanes de manadas de jinetes lobo, de garrapatos saltarines y los pastores de garrapatos, que eran los que menos habían sufrido, pues no se lanzaron contra las filas de sus enemigos en un ataque suicida hasta el final. A él aún le quedaba un buena rato mientras achuchaba a aquellos regimientos de nuevo a la lucha, mucho era el terreno que habían ganado de ventaja los Ztormcozaz y estaba seguro, que sin la motivación adecuada, no lograría que aquellos desmoralizados goblins, corrieran tras el enemigo. Así que mientras ordenaba a los capitanes de su caballería, que se lanzaran  en persecución de sus enemigos e hicieran todo lo posible por retenerles o retrasarles, mientras él llegaba con los regimientos de lanceros.

El sonido de gaitas, platillos y gongs comenzó a poner en marcha a los primeros regimientos de pastores de garrapatos, que achuchaban a sus bestias tras la estela de sus enemigos”.

Espero que os hay gustado la entrada.

Buena caza y largas lunas. 



Monday, May 17, 2021

"Cazadores de Sombras". Knight Zephyros. Natsu La Cazadora.

Hace un par de años, jugué mi primera partida de Age of Sigmar, lo hice con un amigo, Edu, más conocido como Hetairoi en redes sociales. Se trataba de una pequeña partida de prueba para empezar a pillar las dinámicas del juego y lo hicimos a 1.000 puntos, en ese momento me faltaban unos pocos puntos de minis pintados, ya sabéis que soy de los que prefieren jugar con todo pintado. Por suerte, Edu salió al rescate y se ofreció a dejarme un Knight Zephyros que él había pintado. Se trataba de una mini dual, que podía ser usada como personaje con nombre propio, "Neve Blacktalon", o como un Knight Zephyros genérico.

                            "Natsu La cazadora implacable encabeza una carga de Gryph Hounds"

 La mini es muy llamativa, de hecho, tanto me gustó, que me la pillé en la misma tienda en la que estuvimos jugando. A pesar de no tener muy claro si la iba a incluir en mis listas de juego, y aunque a nivel juego no me ha dado un gran rendimiento, la sigo incluyendo porque me encanta.

Jugué esa partida con Hetairoi y sus magníficamente pintados "Orcogros", os recomiendo que os dejéis caer por su blog y le echéis un vistazo, para ver las maravillas que hace.

 http://hetairoiwargames.blogspot.com/

"Una zancada detrás de otra, es en lo único en lo que se centraba la Cazadora, esa era su única preocuapación en esos momentos. No podía centrarse en lo que había ocurrido en las últimas horas, cómo toda aquella misión se había ido al traste de golpe. No debía pararse a pensar en todos los compañeros que había caído, más allá de los rastreadores de la cámara de Vanguardia, de los que muy pocos habían logrado sobrevivir, la propia cámara de Vanguardia de los "Quebrantadores de Juramentos", estaba recibiendo un castigo muy severo.

Era cierto que estaban haciendo pagar muy caro cada una de esas vidas Stormcast reforjadas, al precio de decenas de enemigos abatidos, por cada Hunter caído, pero las hordas pieles verdes parecían no tener fin, ni detenerse ante nada. Natsu no lloraba por sus camaradas caídos, sabía que habían vuelto al Yunque de Sigmar, para volver a ser reforjados y estar listos para el combate de nuevo.

Ahora ella debía abrir camino, en la retirada Stormcast, acosados por sus enemigos, de vuelta al Portal del Reino que les sacaría de allí, antes de que su fuerza al completo fuera exterminada. Su paso era seguro, sus zancadas largas y rítmicas, como si no acusase el cansancio de las largas distancias recorridas, devoraba los kilómetros recorrido sin mostrar fatiga. Ya antes de convertirse en una Stormcast, ella recordaba retazos de su anterior vida, largas marchas, de muchos kilómetros persiguiendo a sus presas, las bestias del Caos. Había aprendido a doblegar el cansancio, a no escuchar los gritos de extenuación de su cuerpo, siempre adelante, con su manada de perros acechando a la presa. Cuando se convirtió en stormcast, esa determinación, continuaba frabada a fuego en su espíritu, la única diferencia es que ahora portaba armadura Stormcast y a su lado corrían mandas de Gryph Hounds.

Natsu era la mejor rastreadora de los "Quebrantadores de Juramentos", estaba acostumbrada a una vida de soledad. Rara vez permanecía mucho tiempo junto a sus hermanos allá donde estuvieran destacados, la mayor parte del tiempo, lo dedicaba a inspeccionar, conocer el terreno y hacer avanzadillas para conocer el terreno y prevenir a sus hermanos de los peligros que se podía encontrar, de qué lugares eran propicios para montar un campamento, preparar una emboscada, o ser presa de una celada. A sus órdenes tenía un pequeño grupo de rastreadores, que se movían en todas direcciones.

 Su labor en aquella misión fracasada, era localizar un paso seguro hasta la guarida de Tiraval y llevar hasta allí a los cazadores de bestias de su Cámara, para acabar con aquella bestia maldita. Sabía que aquella era la primera piedra de un plan mayor, uno que incluía a Clan Kharadron que buscaba recuperar su hogar ancestral en manos de los Goblins. Por desgracia, mientras sus rastreadores buscaban la mejor manera de acercarse al cubil de la bestia, fueron detectados. Aún no había logrado descubrir cómo lo lograron, eso sería algo en que pensar cuando salieran de aquel atolladero, lo que tenía claro es que lo habían hecho mucho antes de lanzar el primer golpe contra sus hombres, ya que cuando golpearon, lo hicieron con unos números abrumadores. Sus rastreadores, junto a las manadas de Gryph Hounds que les acompañaban, se labraron un sangriento camino de huída. Su única idea era llegar hasta el resto de su Cámara e informarles del riesgo que corrían.

En su largo camino de regreso, su pareja de hachas gemelas se tiñieron de sangre, su armadura de llenó de muescar y mellas, ella recibió varios tajos menores, por los que se escapaban hilillos de sangre que empapaban la ropa debajo de su armadura. Su propia manada corría a su alrededor, abatiendo a cualquier enemigo que tratara de acercarse a ella. De tanto en tanto, se llevaba su cuerno de caza a la boca y lo hacía resonar, cada vez eran menos los cuernos que resonaban en respuesta a su señal, eso sólo podía significar una cosa, que aquellos que no responían, habían caído. Un día y una noche estuvo corriendo sin cesar, cuando el sol comenzaba a despuntar, hacía mucho que había dejado de llevarse el cuerno a los labios, pues ya nadie respondía a su llamada. Sabía que estaba cerca de su campamento, como también sabía que llegaba demasiado tarde, el fragor de la batalla era evidente desde la distancia.

Cuando por fin pudo reunirse con su Lord Aquilor, poco tenía de lo que informar, la situación era desesperada.

- Me alegra ver que aún estás viva Natsu -, dijo el Lord Aquilor en una pausa del combate.

- Por poco no lo cuento mi señor, esas despreciables criaturas han acabado con mi equipo de rastreadores -

- Tiempo habrá de lamentar a los camaradas caídos, ahora te necesito más que nunca-, y tras una pausa añadió, - Si te ves con fuerzas...-.

Natsu se enderezó y asintió, no era el momento de flaquear y escuchó lo que su comandante le pidió.

Junto a los pocos rastreadores que quedaban, aquellos que habían estado patrullando en otras direcciones no cercanas al Monte del Colmillo y por tanto, no sucumbieron a la celada piel verde, trazó un rápido plan de acción. Entre todos, crearían un abanico que se moverían con rapidez a través del camino de retirada que ya habían previsto en caso de que las cosas se complicaran, ellos harían saltar cualquier trampa que pudiera tenderles el enemigo y avisarían a la avanzadilla de los Quebrantadores de Juramentos, una pequeña fuerza de Gryph Charge, que abrirían un paso con la fuerza de sus monturas y la brutalidad de su carga.

Nuevamente Natsu lideraba la marcha, tenía un nuevo objetivo en mente, conducir a sus compañeros hasta una de las "Puertas del Reino" y sacarles de allí."


 

A nivel trasfondo, siempre me he imaginado a esta miniatura como si de un explorador se tratara, una especie de Cazadora, que se adelanta al grueso de la fuerza principal, rodeada de una gran jauría de Gryph Hounds, dispuestos a salvaguardarla de cualquier peligro. Ella es la líder de esa peligrosa manada, cuyo único fin es el de cazar las Bestias del Caos que se crucen en su camino.


Esta miniatura, es el primer personaje de Age of Sigmar que pinté para mi fuerza de Vanguards, (y de hecho para Age of Sigmar), es una mini que me gustó desde el momento en que me fijé en esta cámara tan particular de los Stormcast. Al poder tenerla en mano y ver que la tenían a la venta en la tienda, no me lo pensé, la compré y nada más llegar a casa, me puse a pintarlas. Seguramente, por eso le tengo uncariño especial y como os he comentado, más allá de los rendimientos en mesa, la incluyo en mis listas, por pura cabezonería, aunque no la juego como Neave Blacktalon, siempre lo hago como Knight Zephyros, Natsu La Cazadora.

Buena caza y largas lunas.




Monday, May 10, 2021

Morg El Panzudo, ¿o era Grom el Panzudo?, general de la caballería Goblin

 Cuando me fijé hace muchísimos años por primera vez en el ejército Goblin, hubo una serie de miniaturas de héroes que me llamaron muchísimo la atención. Entre ellas se encuentra la que hoy os enseño, "Grom el Pazudo", no sólo la miniatura me gustaba, la historia también me pareció graciosa. Todos saben que los trolls son capaces de regenerar sus heridas, por eso nadie está lo suficientemente loco como para comer carne de troll, a no ser que se haya cocinado a base de bien. Grom era un cabecilla goblin impulsivo y siempre hambriento, que no tuvo la precaución de esperar a que una pieza de carne estuviera lo suficientemente bien cocinada, al poco de engullirla, comenzó a sentir espantosos dolores de barrigas, pues el trozo de carne estaba tratando de regenerarse. No se sabe muy bien de donde sacó la fuerza para sobrevivir, lo que está claro, es que comenzó a crecer hasta alcanzar un tamaño descomunal comparado con el resto de sus congéneres. Tal era el peso que alcanzó, que ya no podía acudir a la batalla a pie, o cabalgar a lomos de un lobo, por ese motivo ordenó que le crearan un carruaje tirado por lobos, para que le llevara al corazón del combate.

A través de un amigo, pude hacerme con la miniatura de Grom el Panzudo, a día de hoy, los carros de lobo no tienen cabida en las listas actuales de Goblins, así que montarlo y pintarlo, ha sido por puro capricho. A pesar de todo, como siempre digo, puede que no pueda usarlo para AoS, pero siempre podré usarlo para jugar a Saga Edad de la Magia, o en partidas entre amigos, pueda meterlo con las reglas de un Mangler Squitch. A partir de ahora, me referiré a esta miniatura como Morg el Panzudo, soy consciente de que no estoy innovando, quise guardar una clara referencia con la miniatura original, adaptándola a mis necesidades. A nivel trasfondo, Morg será el general de toda mi caballería, tanto de jinetes lobos, como de jinetes Squig y de araña.

"Morg estaba realmente perdiendo la paciencia, tamborileaba nerviosamente con sus dedos en el varal de su carro. Llevaban medio día allí parados, aunque el incio del ataque, al alba, había sido demoledor, logrando romper las filas de sus enemigos. Es cierto que en ningún momento pudieron desordenar las filas de los Stormcast, pero lograron ponerles entre la espada y la pared..., de hecho, ese había sido precisamente el problema.

Los Stormcast se habían ido retirando poco a poco, causando un gran daño entre los regimientos goblins, parecía que el empuje de loz muchachoz por fin les habría superado, pero en realidad la retirada estaba muy bien calculada. Lograron crear un muro infranqueable en el paso de montaña que permitía retener a la horda goblin. es verdad que podrían rodear aquel angosto paso, pero eso les llevaría mucho tiempo, permitiendo que sus enemigos pudieran tomar distancia y huir de su venganza. Los regimientos de lanceros goblins, después del fuerte castigo recibido por aquellos malditos Portadores del Relámpago y su ballestas que no paraban de escupir virotes, habían visto como se rompía su espíritu de lucha, su avance se había detenido. 

Los jefes de regimiento habían reorganizado los diferentes regimientos, uniendo unos con otros, para cubrir las bajas que habían tenido. Los muchachoz lo hacía arrastrando los pies, protestando y tratando de escabullirse. Habían reformado ya varias veces sus filas, parcheando con los supervivientes de otros ataques, estaba claro que aquel ataque también estaba condenado al fracaso. Entre un ataque y otro, cada vez pasaba más tiempo, ya que había que amenazar, golpear y empujar de nuevo a los chicoz para que ocupasen su lugar.

- ¡Clonck, clonk, clonck! -, volvieron a sonar los gong de los regimientos, acompañados por los lamentos de las gaitas, haciendo avanzar de nuevo la horda. Cuando estuvieron al alcance de los virotes, éstos empezaron a llover de nuevo sobre las primeras filas, en ese momento, el sonido de los instrumentos comenzó a sonar frenéticamente, empujando a los lanceros a lanzarse a la carrera. La lluvia de virotes arreciaba sobre sus filas, cada metro ganado, se ganaba a costa de una gran cantidad de nuevas bajas, pero desde el lugar en el que se encontraba Morg, pudo observar como el ritmo y frecuencia de disparos, no era tan elevado como en anteriores ataques... . En ese momento, una feroz sonrisa asomó a su cara, con un pescozón sacó a Niblit de su ensoñación.

- Noz toca...-

Niblit se volvió en el carro, con una mano se sujetaba a la caja del mismo, mientras con la otra, elevó todo lo que pudo el estandarte de Morg y comenzó a hacerlo ondear. Los lobos que tiraban del carro, habían estado retenidos por la fuerte mano de Morg, él era quien dirigía a aquellas bestias que le llevaban al combate.

A sus espaldas, centenares de garrapatos, eran mantenidos a raya por sus pastores, pero su momento había llegado. Cuando Morg azuzó sus lobos hacia delante y vieron como su carro de lobos comenzó a ganar velocidad, dieron rienda suelta a los garrapatos, que se lanzaron cargando contra sus enemigos a una velocidad endiablada, apenas tardaron unos latidos de corazon en adelantar al propio Morg. Con zancadas y saltos erráticos aunque poderosos, enseguida irrumpieron entre las filas de lanceros, haciendo que se sumieran aún más en el desorden. Lanzando dentelladas se abrieron paso entre sus filas, hasta que lograron alcanzar las filas principales y continuar su alocada carrera, en ese momento empezaron a fijarse los virotes en ellos, pero no era fácil impactar a criaturas que saltaban y se movían sin ningún orden lógico, saltando de una lado a otro. Muchos garrapatos cayeron, pero las primeras bolas de puro músculo y dientes habían logrado llegar hasta los ballesteros...

Con un aullido de rabia y una risa enloquecida, el propio Morg, enarbolando su hacha a dos manos, había llegado al combate, abriendo una sangrienta brecha, sus lobos desgarraban armaduras, las cuchillas de su carro tajaban a aquellos que no lograban apartarse y su hacha, se hundía profundamente en las armaduras de sus enemigos...

Por fin habían logrado despejar el camino..., era el momento de que sus hordas de garrapatos se lanzaran a toda velocidad para llevar su venganza hasta aquellos cobardes".

Elegí colocar el carro de Morg el Panzudo sobre una base ovalada, reconozco que a la hora de montarlo, pude darme cuenta de lo horroroso que tuvo que ser en su día montar y jugar esa mini. estéticamente es una preciosidad, pero a la hora de ensamblarla, observé que el carro en realidad se une a los lobos del yugo por apenas un par de puntos de unión. Así que a la hora de jugar con él, si no lo habías anclado usando taladros, lo más posible es que se desarmase todo a la primera ocasión, no hablemos ya de atraverse a sacarlo de casa. En mi caso anclé bien los lobos al suelo y las ruedas del carro, de modo que logré que tuviera una buena estabilidad.

A nivel pintura, opté por mantener los colores generales del ejército, como la mini de Grom no está vestida con la típica túnica goblin nocturna, así que trasladé los colores al carro y las ruedas que llevarían a Morg el Panzudo a la batalla. Su compañero de batalla Niblit, es su portaestandarte, con él si pude mantener el esquema general de pintura, túnica turquesa y capucha roja. De momento aún no he creado su estandarte de batalla, ya que estoy dándole vueltas a cómo hacerlo, gracias a Hetairoi, un buen amigo, que me consiguió una lámina de estaño, podré diseñarle el suyo propio, sólo tengo que encontrar la inspiración para no desmerecer una miniatura tan magnífica. Las base la completé con los stuff de la marca Gammer Grass, que son una autentica maravilla, sobre una textura de Vallejo de Tierra Oscura.

Ha sido una agradable pausa, poder ponerse con algo que se salga de lo habitual, logrando añadir una miniatura tan icónica a mi ejército.

Buena caza y largas lunas.

Monday, May 3, 2021

"Cazadores de Sombras". Vanguard Raptors con ballestas huracán

Para el siguiente avance en mi escalada de Stormcast, opté por pintar una unidad de Vanguard Raptors con ballestas huracán.  El esquema de pintura continúa la línea de las anteriores unidades pintadas, en este caso, las  minis son un poco más sosas que sus hermanos, ya que carecen de las capas a la espalda, así que para darles un poco más de vidilla, decidí añadirles un par de armas y accesorios varios que me sobraron de la caja de los anteriores y colgárselas de los cinturones.

"Desde que se desató el feroz combate, los hombres de Bergantius, se agruparon en pequeños grupos de seis hombres, medios Turmanes, que salieron corrieron detrás de sus compañeros Hunters, mientras ellos se encargaban de mantener a raya la horda de Goblins que se se acercaban lo suficiente como para llegar al combate cuerpo a cuerpo, los hombres de Bergantius, con sus pesadas ballestas huracán se dedicaban a barrer las filas de los pieles verdes, con sus rociadas de virotes de repetición.

- ¡Zu, zu, zu, zu...!-

El sonido de los virotes de repitición no cesaba, salían disparados sin parar. No eran disparos apresurados, ni lanzados a lo loco, cada uno de ellos encontraba su blanco, ninguno se desperdiciaba. Los virotes, aunque no eran más largos que un palmo, eran capaces de atravesar los toscos escudos de madera, los jubones de cuero y las rudimentarias cotas de malla Goblins. Cada vez que medio Turmán, concentraba el fuego en uno de los regimientos de aquella marea gritona de pieles verdes, los dejaban clavados en el terreno, sufriendo innumerables bajas, aullando de rabia y dolor.

Por desgracia y aunque la cadencia de tiro era elevada, cada decena de disparos, había que recargar las ballestas huracán. No era un proceso complejo, aunque sí llevaba unos cuantos y vitales segundos. Para que la lluvia de virotes nunca cesara, los ballesteros se compenetraban de tal manera, que siempre hubiera dos ballesteros recargando, mientras los otros cuatro aún continuaban disparando.

- ¡Recargando! -, gritó Belisarius, él y su compañero acababan de lanzar su último virote. Con un tirón seco, sacaron el cargador de virotes y lo lanzaron a un lado, cogieron otro de los cargadores que llevaban colgados del cinturón y lo introdujeron con golpe, amartillaron el arma y se llevaron la culata de la ballesta hasta acomodarla en el hombro. Maldita sea, les quedaban dos rondas de cargadores, después de eso, tendrían que retirarse de nuevo a reequiparse. Era la tercera vez que se quedaban sin munición, no podrían seguir aguantando ese ritmo mucho tiempo más, tarde o temprano se acabarían las recargas y entonces no podrían mantener la marea que amenzaba con destruirles.

- ¡Retrocedan 50 pasos manteniendo el orden de disparo!-, las directrices llegaron altas y claras. Echando la vista atras, calculó que les hacían retroceder hacia aquel afloramiento rocoso. Cuando llegaron a aquella posición, habían agotado hasta el último virote, por suerte, Bergantius lo había previsto todo, allí les esperaban cajas con cargadores repletos de virotes, otra decena de rondas de disparo.

- Señor, la situación es insostenible a largo plazo -, dijo Belisarius dirigiéndose a su superior. Éste asintió con la cabeza.

- Te encanta señalar lo obvio -, dijo con una risotada y una fuerte palmeo en la hombrera de su amigo. Mantuvo la mano sobre el hombro de su compañero y le sostuvo la mirada. - El Lord Aquilor nos ha encargado una misión...".

Bergantius y sus compañeros desatan una lluvia de virotes sobre los enemigos del sagrado Sigmar.

"Allí estaban, casi todos los medios Turmanes habían recibido la orden de retirarse de sus posiciones de disparo, les replegaron y recolocaron cerrando el paso de montaña por el que había llegado. Los planes del Lord Aquilor estaban claros para aquellos hombres, ellos iban a ser los encargados de cerrar aquel paso y ganar tiempo a costa de su sacrificio, para que el resto de sus hermanos pudieran retirarse.

Sus compañeros Hunters pasaban por su lado, inclinando cabezas, alzando puños, lanzándoles una broma o puya. Todos sabían por qué se quedaban allí aquellos hombres, para darle una oportunidad a ellos. El último en pasar a su lado, el Lord Aquilor, inclinó la cabeza y alzando el puño gritó:

- ¡Nos vemos al otro lado de la Reforja!-.

Cuando todos hubieron cruzando, cerraron filas, ellos crearon un muro de carne, metal y virotes. No habían dejado de disparar mientras sus compañeros pasaban, ahora que ellos no estaban, tenían vía libre para desatar todo su poder. Disparaban con una cadencia de tiro relativamente baja, los regimientos Goblins, convergían sobre ellos, habían descubierto a costa de innumerables bajas lo devastadora que era una lluvia de virotes. Por eso estaban acobardados y no se atrevían a atacar. Esa situación beneficiaba a los ballesteros, cuanto más tiempo pudieran anclar aquella marea verde en esa posición, más posibilidades darían a sus hermanos de escapar...".

A nivel juego, me gusta mucho usar esta unidad, es una gozada hacer que aparezca por despliegue rápido y poder soltar 36 disparos de virotes sobre una unidad que no se lo esperaba. Cada Raptor realiza 6 disparos por turno si han movido y 9 si no han realizado ningún movimiento, pudiendo llegar a realizar 54 disparos en un único turno. Una auténtica lluvia de disparos, que si se sabe administrar bien, puede causar un verdadero destrozo en una unidad enemiga.

Buena caza y largas lunas.

Uniformidad y emblemas propios de La Legión. Unidad legionaria

Ampliando las filas de mis legionarios, toca presentar una nueva unidad de infantería. Como os comenté anteriormente, hay tres Blister difer...