Continúo engrosando el número de héroes disponibles para mis listas, en esta ocasión lo hago añadiendo una miniatura de Forge World, un portaestandarte de batalla. Para mí será el estandarte de todo el ejército y por ese motivo lo he puesto en peana tipo héroe.
La miniatura no tiene ningún misterio, la pose tampoco es que sea muy llamativa, lo que personalmente me parece que sirve para beneficiar lo que tiene que ser la parte más importante de la miniatura en cuestión, el estandarte, ya que la mirada se desvía hacia él. En ese sentido, he hecho hincapié en reforzar el sentimiento de uniformidad, utilizando el rojo y el turquesa, que son los dos colores predominantes en todo el ejército.
"Las diferentes refriegas que se habían producido durante la caza de los malditos "Hombrez Relámpago", se había generalizado hasta tal punto de convertirse en una batalla de grandes proporciones.
En ese caos, de numerosas pequeñas hordas goblins cargando y asaltando las posiciones de sus enemigos, con cada caudillo dirigiendo los estandartes bajo su bando, según entendiesen, buscando perseguir sus propios objetivos. Era necesario que todos aunasen esfuerzos y persiguiesen un objetivo común, derrotar y expulsar a los invasores. Pocos líderes entre las filas de Colmillo Roto eran lo suficientemente respetadas, como para lograr que su voz fuese escuchada. Uno de esos pocos era Hezcul, el portaestandarte de batalla. Héroe de infinidad de batallas, su cuerpo estaba surcado por infinidad de cicatrices obtenidas en su lucha por alcanzar una posición de pòder en la sociedad de Colmillo Roto. Hacía mucho tiempo que el veterano goblin fue consciente de que nunca llegaría a señor de Colmillo Roto, no porque le faltase ambición o no fuese lo suficientemente traicionero, simplemente porque había un goblin que le superaba en ambos aspecto, Hezcul era capaz de respetar ese talento y por ese motivo, ofreció su espada al servicio de su señor. Mientras no flaquease, mientras su genio continuase guiando triunfalmente las filas de Colmillo Roto, Hezcul no fallaría a su señor, él sería su escudo frente a los advenedizos que no fuesen lo suficientemente aztutoz como para burlarle a él. También sería su voz en el campo de batalla, portando el estandarte oficial de Colmillo Roto, cuando se alza el estandarte doble de Colmillo Roto, todas las miradas de los goblins se vuelven hacia él, pues saben que zu Zeñor Zupremo ha entrado en liza, bien desatando su poderosa magia desde el lugar en el que se encuentra su Gobbapaloza, bien bajo la sombra de su estandarte personal, impartiendo órdenes".
"Sea como sea, cuando el estandarte doble ondea en batalla, la voz de su portaestandarte es obedecida con premura, no simplemente por hablar por boca del Señor de Colmillo Roto, pues todos conocen su reputación y pocos son lo que se atreven a desobedecer sus órdenes. Hezcul se ha rodeado de su propio regimiento de lanceroz veteranoz, todos ellos han luchado infinidad de veces codo con codo, protegiendo el orgulloso estandarte de su reino. Su lealtad es absolutamente inquebrantable, pues se ha forjado a lo largo de una vida de combates".
Hezcul, con el pesado estandarte apoyado en su hombro izquierdo, movía frenéticamente la mano que empuñaba su largo cuchillo de combate. Con sus veloces movimientos parecía que estuviera cortando en la distancia las filas de enemigas. De hecho justo eso es lo que trataba de hacer, con sus órdenes trataba de crear una estrategia común, que permitiese destrozar la férrea defensa de sus enemigos.
- ... y cuando ze hayan lanzado las unidadez de garrapatoz, el caoz zerá nueztro aliado, entoncez y zólo entoncez, lanzaremoz los regimientoz de lanceroz...-
El plan tampoco podía ser muy complejo, o aquellos piltrafas se perderían en él, generando tal desastre, que habría perdido, antes de dar el primer paso.
- ..., loz arqueroz rodearan loz flancoz y moleztaran a loz magoz enemigoz, que tengan que dezviar zu magia creando ezcudoz para no acabaz enzartadoz...-
Todas las órdenes las impartía sin necesidad de gritar, pues hasta el últimos de los capitanes de regimientos allí reunidos, callaban ante su presencia. Con una última sonrisa, los miró a todos uno por uno:
- Cuando veáiz levantaz trez vecez mi eztandazte avanzaremoz a la victoria, ayyy de aquelloz que me fallen y ze retiren sin luchaz, pues cuando todo termine, lez encontraré y zuz cabezaz acabarán adornado mi eztandarte.
Todos desviaron la mirada a los travesaños del estandarte, repleto de cráneos, barbas y trofeos obtenidos de todos los enemigos vencidos de Hezul. Ninguno dudó que si no cumplía laz órdenez impartidas, su cabeza pasaría a adornar el ya atiborrado estandarte".
Buena caza y largas lunas.
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