Monday, March 21, 2022

Gloomspite Gitz. Garrapatos Saltarines. La enloquecida caballería Goblin, entra en escena. Boingrot Bounderz

 Una de las unidades más icónicas de los goblins, desde hace bastantes ediciones, eran los jinetes de garrapatos. Las nuevas miniaturas que sacaron para Age of Sigmar, son una maravilla, están cargadas de dinamismo. Algunos de los jinetes, parecen estar a punto de salir disparados por los aires, lanzados por sus ariscas y mortalmente peligrosas monturas.. Puede verse como los jinetes, se agarran desesperadamente a los asideros de las monturas, para no ser desmontados y acabar al alcance de las terroríficas mandíbulas de los garrapatos.

En estos meses que llevo desarrollando este proyecto, he acumulado treinta jinetes de garrapatos. Mi intención es pintar 20 armados con lanzas, (Boingrot Bounderz), y otros 10, los pintaré armados con armas de manos, espadas, mazas, etc..., (Squig Hoppers). Personalmente, los que van armados con lanzas, me encantan, ese remedo de caballeros, con casco, el brazo de la lanza, acorazado, etc..., son visualmente muy atractivos.

Estos modelos han sido bastante laboriosos de trabajar, para poder pintarlos en condiciones, lo primero que hice, fue montar los 30 garrapatos y pintarlos todos del tirón, para agilizar el proceso. Los colores elegidos, fueron similares a los que usé para pintar los garrapatos mordedores, color rojizo, anaranjado y carne. Así que comencé a pintarlos en tres tandas de diez. Cuando terminé de pintarlos, baseé los treinta garrapatos. Y ahora, es cuando he podido comenzar a pintar los jinetes, los he pintado por separado, fuera de las monturas, para no tener problemas a la hora de meter el pincel, o estropear el trabajo de pintura en las monturas. Cuando me puse a pintar los jinetes, pinté los cuerpos por un lado, el bazo de las lanzas por otro y la cabeza con celadas, por otro. Son minis muy pequeñas y si hubiese montado los jinetes, no hubiese podido dedicarle todo el cariño que merecen estas miniaturas.

"Los enloquecidos saltos erráticos de su montura, tenían a Brinco en tensión. No podía despistarse ni por un segundo, ni aflojar un segundo el agarre de de las riendas, ya que su montura, estaba esperando ese pequeño momento de debilidad, para derribar a la molesta y deliciosa criatura que llevaba encima.

Brinco, sudaba a mares debajo de la pesada armadura que llevaba puesta. La celada la llevaba calada, lo que reducía mucho su campo visual, sólo podía ver a través de las minúsculas rendijas que había en él. La pesada lanza que sujetaba con una de sus manos, no paraba de darle tirones y estar a punto de descoyuntarle el brazo, cada vez que su montura daba uno de sus enloquecidos saltos. Brinco trató de apretar el extremo de su lanza, aprisionándola entre su costado y su brazo. Se relió las riendas en torno a la mano que tenía libre y agarró con más fuerza esas pequeñas tiras de cuero, que era lo único que le permitía seguir cabalgando aquella mortal bola de carne y dientes, que lo único que quería, era llevarse algo a la boca. 

Aquella era la tercera vez que cargaba a la batalla a lomos de una de aquellas bestias. Era uno de los excasos compañeros que montaron por primera vez con él, que aún seguía con vida. Un buen puñado acabó en el estómago de sus monturas, otros fueron derribados y pisoteados cuando se lanzaron a la carga y las bajas en combate contra el enemigo, no habían sido menos terroríficas. Por eso, él era uno de los más veteranos y había sido nombrado líder de aquella tropa.

La enloquecido carga estaba lanzada, se encontraban a pocos metros del enemigo, que les esperaba con un muro de escudos y lanzas levantadas. A su alrededor, Brinco sólo podía escuchar el batir de la sangre en sus oídos, el resto de sonidos, le llegaban amortiguados, los gritos de pavor de sus jinetes, los rugidos de sus monturas..., no había sonido de instrumento alguno, incitándoles al combate, ni estandarte que seguir. Hubiera sido absurdo llevar aquello encima de un garrapato saltarín, al principio, no entendía cómo un regimiento de élite como el suyo, no cargaba con el hermoso estandarte de batalla, que estaba guardado en los salones de Colmillo Roto. Lo entendió el día que por primera vez montó en una de aquellas bestias, bastante tenían los jinetes con sujetarse a sus monturas, no había lugar para florituras.


Brinco notó un fuerte latigazo en el lateral de su casco, que hizo que sus ojos se llenasen de puntitos luminosos. Al tiempo que soltaba una maldición, notó que el terror se apoderaba de él, se aferró con más fuerza a su montura, por si hubiese perdido aunque fuera por un segundo el equilibrio. Otro borrón de colores, pasó nuevamente a escasos centímetros de su cabeza, era la lanza de uno de los jinetes que cabalgaba a su lado. Estaba a punto de ser desmontado y agitaba su lanza desesperadamente, tratando de no perderla, al tiempo que intentaba mantenerse sobre su montura. Por eso llevaban casco en esa unidad, porque si no fuera por ellos, la mitad de los jinetes, acabarían empalados por sus propios compañeros.

A través de una de las rendijas de su celada, vio como una de sus monturas, en pleno salto, arrancaba la cabeza de un jinete cerrando las poderosas mandíbulas, para acto seguido, ver cómo era lanzado de su montura y salía despedido por los aires, aunque no logró ver donde caía. No tuvo tiempo para pararse a pensar en el destino de aquel pobre, su propia montura dió un poderoso salto, permitiendo que sobrepasase el muro de escudos y lanzas de sus enemigos, en pleno salto, lanzó hacia abajo su lanza al bulto, tratando de impactar en el cuerpo de uno de sus enemigos. El combate por fin había comenzado..."

Una de las partes con las que mejor me lo he pasado, ha sido preparar las lanzas de los jinetes. Son una locura, trozos de lanzas, con distintos tipos de punta, formas, etc..., a la hora de pintarlos, he querido asemejar las lanzas que pudieran llevar unos bretonianos, bandas de colores, dando predominancia, a aquellos que usa el ejército. Por ese motivo, las lanzas van en rojos, amarillos, azules, turquesas y un poco de blanco, (éste último color, lo he metido aquí, para dar un contrapunto de color al resto del ejército y porque combinan genial con el color).

En cuanto a cascos, armaduras, guanteletes, etc..., la eleción de colores fue exactamente la misma que la que tomé con las lanzas, trabajar con los colores predominantes del ejécito, con algunos añadidos de color acero y bronce. Cuando se juntan las miniaturas en una unidad, se refuerza la sensación de pertenencia a algo más grande. Al mismo tiempo, se trata de una raza, que no destaca por su orden y organización, por eso también he querido variar los colores en las piezas de armaduras, que cada casco, armadura, codera, etc..., se pintara de maneras diferentes, a pesar de usar los mismos colores. De esta manera se refuerza la sensación de que el equipo, está saqueado y pintado según los gustos del jinete, o más bien, en función de las piezas que hayan podido coger de aquí y de allá.

A pesar de la paliza que ha supuesto pintar estos diez primeros jinetes, (pintar primero las treinta monturas, pintar luego los diez primeros jinetes por otro lado), me he divertido muchísimo con ellos. Especialmente divertido ha sido jugar con los colores, en las lanzas y armaduras y luego comenzar a unir las diferentes partes y ver cómo quedaban.

Por no saturarme, los próximos diez jinetes que monte, serán los que vayan armados con armas de mano. A pesar de que los lanceros me gustan más, me apetece tener unos pocos de los otros, por dar variedad en mesa y para que visualmente, no sea tan repetitivo ver los mismos modelos, montados de la misma forma.

Buena caza y largas lunas.


2 comments:

  1. Es que me encantan. Con ese saborcillo a la peli de Laberinto me tienen enamorado. Encajan a la perfección con el resto de tu ejército, se salen, ehorabuena :D

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  2. Justo esa sensación es la que me asaltó mientras montaba las minis. Sabia que me sonaban de algo y rápidamente di con ello. No podía dejar de acordarme de la película.

    La verdad, es que les han quedado unas minis muy graciosas y cachondas. Especialmente me gusta ese aire de jinetes a punto de ser derribados de sus monturas. Y la parte con la que más me divertí: las lanzas.

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