En estos últimos días, estoy ultimando con mi amigo Keyan, las reglas para jugar un escenario un tanto especial a Necromunda. Como suele ser habitual, funciono mejor cuando tengo un estímulo externo que me espolea y me motiva para conseguir un objetivo concreto. Así que en esta ocasión, tocaba dejar aparcado mi proyecto Goblin, para reforzar mis Orlocks de cara a lo que está por llegar..., espero poder contaros más sobre esa partida en breve.
Volviendo al tema de las miniaturas, tenía una segunda caja de Orlocks, que no había pintado, los tenía reservados para crear una serie de campeones, equipado con una mezcla de armas especiales, equipo pesado y armas de combate cuerpo a cuerpo.
Ahora os voy a presentar a mi "Equipo de Demolición", denominado así, por su potencia destructiva de fuego. No se trata de un grupo de matones cualesquiera, son bregados pandilleros de muchas refriegas, que portan el equipo más especialido de su casa. No suelen participar en misiones rutinarias, son un activo muy preciado, que reservan para dar golpes contundentes cuando la ocasión lo requieren.
A nivel juego, será muy muy dificil ver a este grupo junto en una misma partida, van equipados con una serie de armas muy especiales y ello conlleva una cantidad de puntos destinados a ellos, ya sabéis que nosotros jugamos de forma amistosa, primando hacer partidas transfondísticas y procurando no afilar mucho las listas, es más procuramos enseñar las listas el uno al otro, para saber siempre qué llevamos, por si vemos necesario hacer correcciones. Lo más probable es que pueda usar un par de ellos en partidas, como especialistas veteranos. Desde luego parece no tener sentido haber dedicado tiempo a algo que es probable que no vea mucha mesa, pero en mi caso, siempre aplico la misma máxima, "si me apetece, ¿por qué no pintarlo?".He añadido de la matriz de Forgeworld, un bolter y lanzallamas pesados, así como un rifle de plasma, el lanzagranadas, lo he sacado de la matriz de motoristas del culto, me encanta ese arma y en cuanto la ví, supe que iba a ser para mis Orlocks, el líder de esta unidad, lleva un puño potenciado y una pistola bolter. Las cabezas también las he sacado de Forgeworld, por darle más variedad a las que ya tenía pintadas, que en su mayoría provenían de la matriz Orlock original.
"Corrían malos tiempos para Los Quebrantadores de Juramentos, aunque ellos no eran responsables de custodiar el Asentamiento minero de Pozo Negro, su rápida actuación a la hora de retomarlo del control de aquel extraño consorcio minero rival, les convirtió de facto en sus actuales valedores de cara al resto de miembros de La Casa de Hierro.
Lo que en un principio se consideró un honor otorgado por su buen hacer, rápidamente se desvaneció dejando un desagradable sabor a cenizas en la boca. No debería haber costado demasiado trabajo poner de nuevo en marcha las instalaciones y reuinir a todo el personal necesario para devolver a su pleno rendimiento el yacimiento. Sin embargo, los sucesos y las desapariciones extrañas, no tardaron en comenzar.
Apenas habían pasado un puñado de ciclos de trabajo, cuando ya se contaban cinco desapariciones de prospectores en el asentamiento. En un principio, se achacó al miedo de los primeros desaparecidos, se les tachó de cobardes y se aseguró al resto de sus compañeros, que se ofrecería recompensa por sus cabezas, serían traídos de nuevo al asentamiento y ajusticiados por traicionar al clan, que juraron engrandecer, cuando entrar
on a formar parte de él. Eso pareció enfriar los ánimos, pero el goteo de desapariciones parecía no cesar, en los barracones de los trabajadores se comenzaba a palpar el miedo, se cuchicheaban historias, se hablaba de algo que había despertado en las entrañas de su hogar, algo que se llevaba a los hombres y mujeres del clan Orlock.
Whiskey Jack decidió cortar de raíz aquellas supercherías y mandó hombres armados junto a los equipos de prospección, para que mantuvieran los ojos y oídos bien abiertos y averiguaran lo que estaba sucediendo allí. Aquella medida pareció calmar los ánimos cada vez más exaltados de los trabajadores y de hecho, durante varios ciclos, no se produjo ninguna nueva desaparición. Sin embargo el horror estaba a punto de desatarse.
Snake y Tango eran los encargados de patrullar aquel sector de galerías, llevaban varios ciclos maldiciendo su suerte. Les habían apartado de su habitual servicio de escolta a los convoyes de camiones de la Casa de la Casa del Hierro y ahora estaba a varios cientos de metros bajo tierra, haciendo de niñeras de un grupo de destripaterrones asustadizos. Portaban sus rifles automáticos, con poderosos focos enganchados a en sus hombros o cascos, ya que allí abajo reinaba la más absoluta oscuridad. Aunque hicieran todo lo posible por disimularlo, la verdad es que aquel entorno era absolutamente inquietante, capaz de crispar los nervios de cualquiera. Fuera del haz de luz de sus focos, no se veía nada, sin embargo, toda clase de ruidos resonaban en aquellas galerías, picos golpeando el mineral, taladradoras, maquinaria industrial cargando el material para llevarlo a la superficie..., esos ruidos llegaban a ellos distorsionados por la caprichosa forma de la intrincada red de galerías y túneles.
Tango hizo un alto y se llevó la petaca que siempre llevaba consigo a la boca, debía quedar poco para que terminase su ciclo de patrulla y pudieran volver a la superficie, se quedó por un momento perdido en sus ensoñaciones, mientras su compañero había avanzado unos metros más, mientras él volvía a guardar su petaca y se reajustaba las correas de su equipamiento.
- Pero qué demonios...-, escuchó murmurar a Snake.
Y de pronto se desató el infierno, su compañero comenzó a mover la cabeza frenéticamente, tratando de seguir la rápida estela de una sombra que se movía en la oscuridad, al tiempo que comenzaba a disparar cortas ráfagas controladas de munición contra ella, que rápidamente dieron paso a desesperadas ráfagas largas, tratando de alcanzar lo que fuera que hubiese visto. Tango, se había quedado congelado en el lugar que ocupaba, con el arma amartillada, echando miradas preocupadas en derredor, tratando de ver qué demonios era lo que había logrado asustar a su compañero de aquella manera, pero no lograba ver nada. Un ruido metálico, hizo que se centrara de nuevo, - ¡click, click, click!, Snake acababa de vaciar el tambor de su cargador, con mano experta, descartó el cargador vacío y quiso sustituirlo por otro lleno, nunca llegó a hacerlo. Algo, una sombra corpórea, rápida como el viento, se coló por debajo de su guardia, y lo desgarró en mil pedazos, haciendo llover sangre y trozos de carne a varios metros de distancia.
Tango, no se paró a analizar lo que estaba sucediendo, colocó el selector de su arma en automático, vació el maldito cargador de su rifle automático mientras retrocedía y cuando escuchó el temido ruido de la recamara vacía, lanzó una granada a un punto indefinido, donde le pareció que las sombras cobraban vida. No se paró a ver si aquello había valido para algo, retrocedió corriendo con la intención de evitar quedar atrapado en un posible derrumbe, al tiempo que volvía a meter otro cargador en su arma. Durante varios cientos de metro, corría escuchando el rápido retumbar de su corazón en los oídos, había escapado por poco de la explosión, pero el eco de la misma, había sido atronadora y en esos momentos, no escuchaba una mierda. De vez en cuando, echaba una mirada nerviosa hacia atrás, pero sin aflojar el ritmo. El resplandor cada vez más cercano de una de la bóvedas centrales siempre bien iluminadas por multitud de focos y concurridas con numerosas cuadrillas de prospectores, desde la que salían varias galerías, era su único pensamiento, sabía que si lograba llegar hasta allí, estaría a salvo, aquel demonio, no se atrevería a atacarle delante de tanta gente... Cuando por fín llegó hasta allí, lo que se encontró parecía una escena sacada de las peores pesadillas, prospectores y pandilleros salían disparados de las diversas galerías, ráfagas de disparos, explosiones, descargas de lanzas de minería lo alumbraban todo. Muchos hombres corrían hacía los elevadores y se golpeaban y empujaban por ser los que entrasen en el único camino hacia la salvación. Tango comenzó a correr de forma desesperada también hacia aquel lugar, cuando de pronto, las luces de la bóveda se apagaron y todo se volvío aún más caótico, haces de linternas, gritos, sudor, sangre, explosiones y gritos, toda esa amalgaba de sensaciones le golepaban, aturdiéndole y obligándole a recurrir a todo su salvajismo, para apartar a todos los que se interpusieran en su camino, con tal de salir de aquel infierno...
Algo atravesó su espalda, desgarrando su pecho, sintió como si le alzaran en el aire, un rugido inhumano de triunfo brotó a pocos centímetros de su oreja, trató de volver la cabeza, para ver qué horror le había atrapado. Con las ultimas fuerzas que le quedaban, manoteó desesperadamente, mientras buscaba tirar de una de las anillas de las granada que llevaba colgadas de su cinturón, si tenía que irse, lo haría llevándose a aquella abominación con él. Nunca llegó a tirar de aquella anilla, la criatura le desgarró el cuello con sus afilados dientes.
Whiskey Jack reunió a sus principales tenientes, desde el incidente del nivel 17, donde habían masacrado a más de una treintena de prospectores y una decena de pandilleros armados, Pozo Negro había quedado absolutamente clausurado. Llevaban 5 malditos ciclos sin extraer ni un gramo de mineral y lo peor de todo, le habían dejado en evidencia delante del resto de jefes Orlocks. Sus recientes éxitos habían caído en el olvido y ahora, sólo se veía aquel fracaso. Como se le hizo notar, otros yacimientos tendrían que redoblar sus esfuerzos para paliar su falta de eficacia, si no lograba resolver aquel asunto, en un plazo de tiempo razonable, alguien lo haría por él. Rechinando los dientes, Whiskey Jack vió como llegaban los transportes que traían a los Equipos de Demolición y Asalto, dos unidades especializadas, que habían mandado para emendar su error".
Espero que este pequeño relato, haya servido para abrir boca de lo que estará por llegar en breve...
Buena caza y largas lunas.
Son una pasada visualmente. Cuidado, que con eso arrasas media colmena, jajaja
ReplyDeleteEn una partida normal, no más de 2 pandilleros deberían llevar armas tan potentes. Los he pintado por puro capricho y para jugar escenarios muy muy concretos. En Necromunda es fácil entrar en una carrera armamentista, olvidando que por trasfondo, esas armas deberían ser muy raras de ver.
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