Cuando me fijé hace muchísimos años por primera vez en el ejército Goblin, hubo una serie de miniaturas de héroes que me llamaron muchísimo la atención. Entre ellas se encuentra la que hoy os enseño, "Grom el Pazudo", no sólo la miniatura me gustaba, la historia también me pareció graciosa. Todos saben que los trolls son capaces de regenerar sus heridas, por eso nadie está lo suficientemente loco como para comer carne de troll, a no ser que se haya cocinado a base de bien. Grom era un cabecilla goblin impulsivo y siempre hambriento, que no tuvo la precaución de esperar a que una pieza de carne estuviera lo suficientemente bien cocinada, al poco de engullirla, comenzó a sentir espantosos dolores de barrigas, pues el trozo de carne estaba tratando de regenerarse. No se sabe muy bien de donde sacó la fuerza para sobrevivir, lo que está claro, es que comenzó a crecer hasta alcanzar un tamaño descomunal comparado con el resto de sus congéneres. Tal era el peso que alcanzó, que ya no podía acudir a la batalla a pie, o cabalgar a lomos de un lobo, por ese motivo ordenó que le crearan un carruaje tirado por lobos, para que le llevara al corazón del combate.
A través de un amigo, pude hacerme con la miniatura de Grom el Panzudo, a día de hoy, los carros de lobo no tienen cabida en las listas actuales de Goblins, así que montarlo y pintarlo, ha sido por puro capricho. A pesar de todo, como siempre digo, puede que no pueda usarlo para AoS, pero siempre podré usarlo para jugar a Saga Edad de la Magia, o en partidas entre amigos, pueda meterlo con las reglas de un Mangler Squitch. A partir de ahora, me referiré a esta miniatura como Morg el Panzudo, soy consciente de que no estoy innovando, quise guardar una clara referencia con la miniatura original, adaptándola a mis necesidades. A nivel trasfondo, Morg será el general de toda mi caballería, tanto de jinetes lobos, como de jinetes Squig y de araña."Morg estaba realmente perdiendo la paciencia, tamborileaba nerviosamente con sus dedos en el varal de su carro. Llevaban medio día allí parados, aunque el incio del ataque, al alba, había sido demoledor, logrando romper las filas de sus enemigos. Es cierto que en ningún momento pudieron desordenar las filas de los Stormcast, pero lograron ponerles entre la espada y la pared..., de hecho, ese había sido precisamente el problema.
Los Stormcast se habían ido retirando poco a poco, causando un gran daño entre los regimientos goblins, parecía que el empuje de loz muchachoz por fin les habría superado, pero en realidad la retirada estaba muy bien calculada. Lograron crear un muro infranqueable en el paso de montaña que permitía retener a la horda goblin. es verdad que podrían rodear aquel angosto paso, pero eso les llevaría mucho tiempo, permitiendo que sus enemigos pudieran tomar distancia y huir de su venganza. Los regimientos de lanceros goblins, después del fuerte castigo recibido por aquellos malditos Portadores del Relámpago y su ballestas que no paraban de escupir virotes, habían visto como se rompía su espíritu de lucha, su avance se había detenido.
Los jefes de regimiento habían reorganizado los diferentes regimientos, uniendo unos con otros, para cubrir las bajas que habían tenido. Los muchachoz lo hacía arrastrando los pies, protestando y tratando de escabullirse. Habían reformado ya varias veces sus filas, parcheando con los supervivientes de otros ataques, estaba claro que aquel ataque también estaba condenado al fracaso. Entre un ataque y otro, cada vez pasaba más tiempo, ya que había que amenazar, golpear y empujar de nuevo a los chicoz para que ocupasen su lugar.
- ¡Clonck, clonk, clonck! -, volvieron a sonar los gong de los regimientos, acompañados por los lamentos de las gaitas, haciendo avanzar de nuevo la horda. Cuando estuvieron al alcance de los virotes, éstos empezaron a llover de nuevo sobre las primeras filas, en ese momento, el sonido de los instrumentos comenzó a sonar frenéticamente, empujando a los lanceros a lanzarse a la carrera. La lluvia de virotes arreciaba sobre sus filas, cada metro ganado, se ganaba a costa de una gran cantidad de nuevas bajas, pero desde el lugar en el que se encontraba Morg, pudo observar como el ritmo y frecuencia de disparos, no era tan elevado como en anteriores ataques... . En ese momento, una feroz sonrisa asomó a su cara, con un pescozón sacó a Niblit de su ensoñación.
- Noz toca...-
Niblit se volvió en el carro, con una mano se sujetaba a la caja del mismo, mientras con la otra, elevó todo lo que pudo el estandarte de Morg y comenzó a hacerlo ondear. Los lobos que tiraban del carro, habían estado retenidos por la fuerte mano de Morg, él era quien dirigía a aquellas bestias que le llevaban al combate.
A sus espaldas, centenares de garrapatos, eran mantenidos a raya por sus pastores, pero su momento había llegado. Cuando Morg azuzó sus lobos hacia delante y vieron como su carro de lobos comenzó a ganar velocidad, dieron rienda suelta a los garrapatos, que se lanzaron cargando contra sus enemigos a una velocidad endiablada, apenas tardaron unos latidos de corazon en adelantar al propio Morg. Con zancadas y saltos erráticos aunque poderosos, enseguida irrumpieron entre las filas de lanceros, haciendo que se sumieran aún más en el desorden. Lanzando dentelladas se abrieron paso entre sus filas, hasta que lograron alcanzar las filas principales y continuar su alocada carrera, en ese momento empezaron a fijarse los virotes en ellos, pero no era fácil impactar a criaturas que saltaban y se movían sin ningún orden lógico, saltando de una lado a otro. Muchos garrapatos cayeron, pero las primeras bolas de puro músculo y dientes habían logrado llegar hasta los ballesteros...
Con un aullido de rabia y una risa enloquecida, el propio Morg, enarbolando su hacha a dos manos, había llegado al combate, abriendo una sangrienta brecha, sus lobos desgarraban armaduras, las cuchillas de su carro tajaban a aquellos que no lograban apartarse y su hacha, se hundía profundamente en las armaduras de sus enemigos...
Por fin habían logrado despejar el camino..., era el momento de que sus hordas de garrapatos se lanzaran a toda velocidad para llevar su venganza hasta aquellos cobardes".
Elegí colocar el carro de Morg el Panzudo sobre una base ovalada, reconozco que a la hora de montarlo, pude darme cuenta de lo horroroso que tuvo que ser en su día montar y jugar esa mini. estéticamente es una preciosidad, pero a la hora de ensamblarla, observé que el carro en realidad se une a los lobos del yugo por apenas un par de puntos de unión. Así que a la hora de jugar con él, si no lo habías anclado usando taladros, lo más posible es que se desarmase todo a la primera ocasión, no hablemos ya de atraverse a sacarlo de casa. En mi caso anclé bien los lobos al suelo y las ruedas del carro, de modo que logré que tuviera una buena estabilidad.
A nivel pintura, opté por mantener los colores generales del ejército, como la mini de Grom no está vestida con la típica túnica goblin nocturna, así que trasladé los colores al carro y las ruedas que llevarían a Morg el Panzudo a la batalla. Su compañero de batalla Niblit, es su portaestandarte, con él si pude mantener el esquema general de pintura, túnica turquesa y capucha roja. De momento aún no he creado su estandarte de batalla, ya que estoy dándole vueltas a cómo hacerlo, gracias a Hetairoi, un buen amigo, que me consiguió una lámina de estaño, podré diseñarle el suyo propio, sólo tengo que encontrar la inspiración para no desmerecer una miniatura tan magnífica. Las base la completé con los stuff de la marca Gammer Grass, que son una autentica maravilla, sobre una textura de Vallejo de Tierra Oscura.
Ha sido una agradable pausa, poder ponerse con algo que se salga de lo habitual, logrando añadir una miniatura tan icónica a mi ejército.
Buena caza y largas lunas.
Me encanta, me parece una mini preciosa y muy carismática, creo que has elegido muy bien los colores y te ha quedad muy vistosa. Además la peana ayuda mucho a la composición. Queda muy natural, pero no distrae la atención de la mini, sino que la refuerza, así que es la peana perfecta. Enhorabuena
ReplyDeleteMuchas gracias, tuve que darle unas cuantas vueltas a la paleta de colores, para lograr integrar la mini en mi ejército, al tiempo que le daba la importancia que se merece por derecho propio esta mini. Con peanas tan grandes, me estoy divirtiendo mucho a la hora de trabajar, creo que he logrado pillarles el punto y dar sensación de “realismo”, de forma que la peana forme parte de un conjunto, Donde mini y peana tengan su propia importancia por derecho propio.
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